El día de Navidad paseé por La Rambla de Barcelona. Me acordé de la reciente polémica, en el último pleno municipal, sobre el plan de usos del citado paseo barcelonés: observé las tiendas de souvenirs, la mayoría regentadas por extranjeros y los productos, que en su mayoría eran trajes de faralaes, sombreros mejicanos, muñecos y muñecas vestidos de flamenco y toreros, banderas de España, del toro de Osborne y equipos de fútbol. Los escasos recuerdos catalanes que venden estas tiendas deben llamar la atención de nuestras autoridades. Y esta denuncia CiU no la hizo directamente en el pleno municipal por aquello de la libre competencia, la oferta y la demanda, criticando globalmente el desarrollo del plan de usos para La Rambla impulsado por el distrito de Ciutat Vella. Pedimos más claridad y menos hipocresía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de enero de 2003