Un estudio etnográfico típico puede ser caro y generar grandes volúmenes de información en múltiples formatos, según la profundidad y la duración del proyecto. El estudio de Kodak sobre la generación Y (adolescentes hasta los 24 años) produjo más de 100 horas de vídeo, 30 fotos diarias, 30 mapas cognitivos y unas 4.000 páginas de transcripciones de las interacciones con los participantes. Material que se revisa para identificar patrones de conducta.
Philips trabaja desde principios de 1990 en entender mejor a los consumidores para aumentar su calidad de vida con los productos, señala Stefano Marzano, director ejecutivo de diseño de la multinacional holandesa. Los antropólogos forman parte de un amplio equipo de profesionales de la empresa dedicado al conocimiento humano. De hecho, dispone de un laboratorio estrenado en abril de 2002, el HomeLab, donde varias personas conviven durante varios meses con los últimos diseños de la compañía, para comprobar su conducta. "Todavía es pronto para sacar conclusiones pero cada mes extraemos ideas prácticas del laboratorio", dice Manzano. No sólo analizan los típicos aparatos electrónicos; también investigan la ropa inteligente, "la forma más próxima al cuerpo humano de acceder al conocimiento".
Ken Erickson, director de Ethnographic Research, con 20 años de experiencia en la materia, explica, por ejemplo, para comprender el uso de las tecnologías de sistemas de proyección: "Fuimos al bar de un aeropuerto internacional, entrábamos en salones de conferencias en hospitales, escuelas y negocios para observar el proceso de uso. ¿Quiénes eran los que controlaban las máquinas? A veces no eran los usuarios, sino secretarias que, en ciertos casos, guardaban y ocultaban los mandos a distancia para que los ejecutivos no los pudieran usar para no estropearlos. Los proyectores tenían funciones que no eran parte del repertorio real del contexto diario de la empresa que los usaba".
Por ello, considera que el producto obtiene su valor en el contexto de uso, no solamente en su diseño o venta. En otros casos, los especialistas han descubierto que enviar fotos por teléfonos móviles multimedia es farragoso, según el fabricante 3G LAB. Le echan la culpa a los menús de los terminales y al desconocimiento que tiene el público de las siglas MMS (Multimedia Messaging Service). Cosas de la usabilidad.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de enero de 2003