El equipo rectoral de la Universidad de Valencia, que no la Universitad, solicita a la Justicia, si lo considera conveniente, la libertad provisional para los cuatro okupas detenidos por los destrozos en dos inmobiliarias y las lesiones al propietario de una de ellas. Dicen que la petición responde a un acto de solidaridad con los participantes en un encierro. De esta manera asistimos estupefactos al hecho de cómo la Universidad, una vez más, da muestras de pérdida de su función ejemplarizante cara a la socidedad y, especialmente, a los jóvenes al ceder a presiones de los violentos. Desde que fueron detenidos, han organizado manifestaciones ensuciando Valencia con sus pasquines. La presión ha alcanzado al juez y uno de ellos, casualmente afiliado a un sindicato, ha sido puesto en libertad provisional (¿por qué no los otros?). Y lo más lamentable, ¿por qué la Universidad no se ha solidarizado con los propietarios de las inmobiliarias, que, con su trabajo e impuestos, están financiando a esta Universidad que ahora les escupe a la cara?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de enero de 2003