Un hombre de 30 años natural de la localidad malagueña de Álora, cuyas iniciales son C. G. A., ingresó ayer en prisión por abrasar con aceite hirviendo la mano de su esposa como castigo porque "le había quemado la comida", según explicó la propia víctima después de ser curada de las heridas en el centro de salud de la localidad.
Todo sucedió el martes pasado. La mujer, de 20 años, vecina de la barriada aloreña de Bermejo, contó a la policía que su compañero le obligó a introducir dos veces la mano derecha en la sartén llena de aceite hirviendo. Tras la tortura repetida, el hombre no prestó asistencia alguna a la víctima que, "ante el dolor de las quemaduras", tuvo que salir a escondidas de su domicilio, con pretextos inventados, y trasladarse sola hasta el centro de salud, donde la curaron.
Cuando los médicos de guardia atendían a la mujer, el marido se presentó en el dispensario y los facultativos se vieron obligados a llamar a la Guardia Civil y a la Policía Local de Álora, que acudieron y detuvieron al agresor. La víctica relató entonces lo ocurrido y presentó denuncia contra su marido.
La mujer se alojará en un centro de primera acogida, mientras que el agresor ha ingresado en prisión por orden judicial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de enero de 2003