La oposición venezolana rechaza un golpe castrense clásico, de improbable convalidación por la comunidad internacional, pero pidió abiertamente la desobediencia o la adhesión de las Fuerzas Armadas en su arremetida contra la presidencia de Hugo Chávez. La huelga se cobró ayer dos heridos de bala, oficialistas, durante los choques en una instalación petrolera. La devastadora guerra de desgaste entre el Gobierno y la oposición cumple hoy 39 días sin un claro ganador. El paro bancario de 48 horas ha tenido un seguimiento parcial.
La impaciencia es mucha. "Señores comandantes militares, ¿qué están esperando?", instó ayer una proclama televisiva que se acompaña por imágenes de caóticas escenas callejeras. A la espera de una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) sobre el referéndum consultivo del 2 de febrero promovido por la oposición, la inmovilización de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), el paro bancario y las diarias manifestaciones no han conseguido la renuncia del gobernante ni las elecciones anticipadas.
La prolongación de la crisis y los hipotéticos escenarios, con el estado de excepción como el más comentado, desviaron la mirada hacia los cuarteles en busca de su definición. Los generales con mando en tropa ya la ofrecieron durante el arranque del paro: Hugo Chávez Frías, ganador de las elecciones generales del 6 de diciembre de 1998, es su comandante en jefe, la Constitución, su norte, y una eventual anarquía social y económica, responsabilidad del frente que se ha formado contra el mandatario.
Pero el ariete antigubernamental sostiene que las Fuerzas Armadas están divididas, y busca la complicidad de aquellos cuartos de banderas que adivina sumidos en el dilema. Son los destinatarios de otra cuña por televisión: "Papá, ¿y dónde estabas tú? ¿Qué hiciste cuando ocurrió eso?".
La Coordinadora Democrática, que agrupa a los partidos y grupos sociales en huelga, firma el aldabonazo. "Dentro de algunos años, los hechos de los que ellos son responsables, formarán parte de la historia y serán leídos y estudiados en las escuelas". "Cuando tu hijo te pregunte", agrega, "para que puedas responderle, permite que hoy las órdenes de defender la Constitución las dicte tu conciencia. Las Fuerzas Armadas sustentan la democracia. Las elecciones son el arma de la democracia".
Convencidos de que algunas conciencias son laxas, se ensayó su compra, según confesión del general Isaías Baduell, dueño de la mayor capacidad de fuego en todo el Ejército. "Ha habido llamadas y proposiciones de naturaleza económica, de los más altos niveles, que han alcanzado centenares de miles de dólares", declaró recientemente el jefe de la IV División Armada, con asiento en Maracay y batallones en siete estados.
"¿A la Fuerza Armada Nacional le es indiferente el curso catastrófico que llevan los acontecimientos?", preguntó este miércoles el editorial del vespertino opositor Tal Cual, dirigido por Teodoro Petkoff, ex dirigente del Movimiento al Socialismo y ex ministro de Planificación Económica durante el segundo Gobierno del democristiano Rafael Caldera (1994-1998). "No pretendemos emplazar en modo alguno a los militares a que derroquen el Gobierno establecido. Ése no es su rol, y no corresponde a la FAN quitar o poner Gobiernos".
El editorial redactado por Petkoff anima a la intervención. "¿La FAN no tiene nada que opinar al respecto? La institución como tal, con sus chavistas, sus antichavistas y sus institucionalistas, está obligada a hacer valer su peso para que el Gobierno se avenga a negociar prontamente una salida electoral".
Esta salida está siendo abordada desde hace dos meses, infructuosamente, por la mesa de negociación presidida por César Gaviria, secretario general de la Organización de Estados Américanos (OEA). Las tesis del editorial coinciden con los planteamientos de la jefatura de la oposición, donde figuran personas que promueven activamente una sublevación palaciega.
Grupo de generales
Uno ellos admitió su condición de conspirador durante una sobremesa en Caracas: "Acuérdese de lo que le digo: un grupo de generales se reunirá con Chávez y le dirá en privado: 'Presidente, se tiene que ir para evitar una guerra civil. No le darán opción".
Transcurrió el plazo establecido por el maquinador y el gobernante sigue en Miraflores, porque la purga en las filas después de su breve derrocamiento el pasado mes de abril fue a fondo. Inmóviles los regimientos, salvo aquellos que protegen las instalaciones petroleras, otros gatillos alegres proliferan en las calles.
Dos chavistas resultaron heridos de bala ayer durante los enfrentamientos con manifestantes de la oposición a las puertas de una refinería regional. "Es un milagro que no haya habido más muertos", confesó Gaviria. Cuestión de tiempo, según teme buena parte de los 24 millones de venezolanos atrapados por un brete nacional de incierto desenlace. Además las embajadas de Alemania, Perú, Canadá y Australia en Caracas debieron ser desalojadas debido a una serie de llamadas telefónicas que amenazaban de bomba.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de enero de 2003