Tanto por parte de diversos medios de comunicación como por diferentes sectores de la sociedad española, la actuación del Gobierno en el desastre ecológico del Prestige ha recibido numerosas críticas. Y, a pesar de que comparto muchas de esas opiniones, quisiera que esta carta no fuese un reproche más, sino un consejo al presidente del Gobierno: por favor, señor Aznar, vaya a al menos una de las playas de Galicia afectadas por el vertido de fuel. Yo he estado allí ayudando como voluntario a la recogida del chapapote y, por muy terribles que sean las imágenes aparecidas en prensa y televisión, no es nada comparado con lo que uno siente al verlo in situ.
Creo que la sensación que se experimenta al presenciar el desastre en persona no es posible sentirla a través de los medios de comunicación o de informes de sus ministros. Se lo pido y se lo aconsejo: rectificar es de sabios, y más vale tarde que nunca. Viaje a Galicia, pise una playa afectada, palpe usted mismo el chapapote. Y, aunque no pongo en duda su buena voluntad, no será hasta ese momento cuando realmente sienta la terrible tragedia que sufren los gallegos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de enero de 2003