El estado del caserío histórico de la ciudad de Sevilla es "crítico, muy difícil", según el propio delegado de Urbanismo de la ciudad, el andalucista Rafael Carmona. El servicio municipal de conservación mantiene abiertos expedientes a 1.522 edificios tanto del Centro como de Triana y San Bernardo, lo que supone el 12,5% de los alrededor de 12.000 inmuebles que componen el conjunto histórico declarado. Dos tercios de esas casas, unas 8.000, están catalogados por su valor histórico o arquitectónico. La cifra de edificios con problemas puede multiplicarse una vez que Urbanismo verifique los resultados de la Inspección Técnica de Edificaciones (ITE) de los 8.000 inmuebles catalogados, cuyo plazo de presentación obligatoria expira en febrero.
Los recientes derrumbes de Casa Damas, una tienda de discos e instrumentos musicales en la calle Sierpes; del techo de la librería Padilla, en calle Imagen; y de otros dos inmuebles en Triana, en Pureza y Alfarería; reflejan el pésimo estado de conservación de los inmuebles del casco histórico de Sevilla. Construcciones muy antiguas (más del 60% de las mismas están catalogadas y la mayoría de éstas tienen más de 100 años de antigüedad); edificadas con estructuras de madera, que ahora son víctima fácil de la humedad y la carcoma; y mal conservadas por sus propietarios e inquilinos. Ése es el retrato del caserío del centro de Sevilla y de parte de Triana y San Bernardo.
Realidad oculta
La Gerencia de Urbanismo mantiene abiertos 3.812 expedientes de conservación en toda la ciudad, y casi la mitad de ellos pertenencen al conjunto histórico declarado. La realidad que esconde esta cifra es aún mucho más grave, ya que, según explican los técnicos de Urbanismo, la Gerencia sólo puede abrir expedientes tras denuncia particular o por un atestado de bomberos. Así, gran parte de las situaciones de edificios en mal estado quedan de puertas adentro de casas cuyos propietarios, o no saben el estado real de sus casas, o ni siquiera quieren saberlo.
La verdadera situación del caserío estará mucho más clara una vez concluya en febrero el plazo de presentación obligatoria de la Inspección Técnica de Edificaciones (ITE) de todos los inmuebles catalogados, unos 8.000, la inmensa mayoría de ellos en el conjunto histórico.
Aunque el delegado de Urbanismo considera "suficientes" los medios humanos con los que cuenta la Gerencia de Urbanismo, los servicios municipales están desbordados ante la situación. En los seis días laborables transcurridos de enero, se han abierto 22 nuevos expedientes de conservación. Y queda por llegar la avalancha de ITE de febrero.
Carmona, que considera que en su delegación se puede "ordenar mejor el trabajo", insiste en recordar a los propietarios su responsabilidad directa sobre la conservación de los inmuebles. "Debemos concienciar a los dueños de que son ellos los que deben ejecutar las obras de mantenimiento y rehabilitación de las casas, les daremos ayudas y líneas de préstamo, pero no podemos desde la Gerencia hacer los trabajos que sólo les competen a ellos".
De los expedientes abiertos en toda la ciudad, en 1.224 de ellos, ante la inacción de los propietarios, se han dictado en 2002 órdenes de ejecución de las obras necesarias para la seguridad de los edificios por un valor total de más de 20 millones de euros. De todos esos trabajos ordenados, tan sólo 422 han sido realizados voluntariamente por los dueños, otros 127 han sido ejecutados subsidiariamente por Urbanismo, y aún quedan pendientes otras 675.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 12 de enero de 2003