El Parlament abrió ayer sus puertas para recibir la visita de un grupo de más de 50 inmigrantes magrebíes en un acto dirigido por el presidente de la Cámara, Joan Rigol, quien subrayó que Cataluña debe ser "un país cohesionado y no un pueblo de guetos". Rigol señaló que la comunidad magrebí "no tiene que dejar de ser lo que es y debe mantener su cultura y sus creencias con orgullo y honor". Amal Chouchaibi, representante de los magrebíes, coincidió con Rigol en que los inmigrantes "tienen que enseñar a sus hijos a hablar su lengua propia, pero también la catalana como modo de integración".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 12 de enero de 2003