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El Ejército venezolano cierra el paso ante su cuartel general a una marcha de la oposición

Chávez ordena al Ejército retirar sus fondos de los bancos que secundaron el paro

Estéril la negociación política, la crisis venezolana sigue dirimiéndose en las calles de un país tomado por dos vanguardias enemigas. La Policía Militar y Guardia Nacional impidieron que una masiva manifestación contra Hugo Chávez rebasara las barreras de púas y transportes blindados establecidas en la avenida que conduce hacia la Comandancia General del Ejército. Un fotógrafo sufrió heridas leves y 35 personas, síntomas de asfixia. Chávez ordenó a las Fuerzas Armadas retirar sus fondos de los bancos que, la pasada semana, secundaron un paro de 48 horas.

Las bombas lacrimógenas y balazos de goma de los fusileros castrenses disolvieron la cabeza de una marcha de decenas de miles, segunda hacia el recinto militar en diez días, cuando forzó el paso en un tramo no autorizado por el ministerio de Defensa. La Guardia Nacional permitió la entrada de una delegación de diez personas para efectuar una ofrenda floral en el complejo de monolitos que alberga a los libertadores del siglo XIX, distante medio kilómetro de la sede del Ejército. "Todos o ninguno!", exigieron otros, aplastando las púas.

Los militares reaccionaron con una andanada de gases. Cientos de chavistas observaban a lo lejos, sin intervenir. El pasado día 3, recibieron a pedradas y palos a la manifestación antigubernamental y, en un intercambio de balazos, murieron dos seguidores del Gobierno. Apremiados a desobedecer al ex teniente coronel Chávez, el Ejército fue de nuevo escarnecido por la oposición. Los soldados que cerraban la avenida con escudos y porras fueron llamados cobardes y afeminados y, sobre las alambradas a sus pies, se lanzó lencería fina de mujer. "¡Fuera Chávez! ¡Fuera Chávez! ¡Ni un paso atrás!". La Coordinadora Democrática, organizadora de un paro político que hoy cumple 44 días, había convocado a los Próceres con una belicosa arenga televisiva. "¡Vamos todos a la carga al lugar donde se han dado las grandes batallas!", animó el eslogan. La respuesta de ayer fue de nuevo multitudinaria.

"El charlatán Chávez ha despertado en nosotros una nueva conciencia social, un amor por Venezuela, antes ausente", destacaba una profesional. La concentración respondió al discurso de viernes de Chávez, que amenazó con intervenir militarmente los depósitos de alimentos acaparados y tomar medidas legales contra las principales de cadenas de televisión privadas, hilo conductor de las protestas. "Estoy revisando las licencias", anunció en su programa dominical Aló presidente. La oposición aprovechó el acto de ayer para empujar el referéndum consultivo revocatorio del próximo 2 de febrero, rechazado por el Gobierno. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) deberá pronunciarse al respecto.

Casi al mismo tiempo, el presidente arremetía contra los dueños de las cuatro principales cadenas de televisión, "Los cuatro jinetes del Apocalipsis", dijo. "Vulneran la Constitución, que prohíbe la censura. En esas cadenas hay una horrorosa censura". Los bancos que pararon durante 48 horas serán castigados, anunció ayer Chávez. "Los sueldos de los militares, las cuentas de los mantenimientos de los tanques, de las fragatas, las cuentas donde se saca la plata para comprar la comida de los soldados, no pueden estar en un banco que está plegado a una actitud conspirativa", dijo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de enero de 2003