Dos adolescentes palestinos resultaron muertos ayer y un tercero gravemente herido como consecuencia de un nuevo intento de asesinato selectivo perpetrado por un helicóptero de la Fuerza Aérea israelí. El objetivo de la fallida operación eran dos dirigentes del brazo armado del movimiento islamista Hamás, que escaparon ilesos. Un total de 11 palestinos y 2 israelíes (un soldado y un civil) perdieron la vida durante la jornada.
Aunque llevaba varias semanas sin aplicarla, el Ejército israelí volvió a optar por su política de asesinatos selectivos, que ha sido condenada en repetidas ocasiones por la comunidad internacional y por las organizaciones de derechos humanos. En esta ocasión, al igual que ha ocurrido en algún otro caso, los misiles aire-tierra lanzados por los helicópteros Apache erraron en su objetivo y se estrellaron contra civiles inocentes.
En vez de impactar contra dos dirigentes de Hamás buscados por las fuerzas de seguridad, fueron a dar contra tres jóvenes palestinos que se encontraban en las inmediaciones. Según fuentes sanitarias palestinas, dos adolescentes, de 14 y 16 años, fallecieron y un tercero, de 15años, resultó gravemente herido por las explosiones. En cambio, los dirigentes de Hamás, que circulaban en un vehículo desde la localidad de Jan Yunis a la de Rafá, ubicadas en el tercio sur de la franja de Gaza, escaparon con vida.
Un ataque de represalia
El ataque israelí podría interpretarse como represalia por el lanzamiento de tres cohetes de fabricación artesanal contra la localidad de Sderot, a pocos kilómetros al este de Gaza, cuya autoría fue reclamada por Hamás. Según el comunicado emitido por esta organización integrista, el lanzamiento de los cohetes sería a su vez su respuesta a dos incursiones efectuadas la madrugada anterior por el Ejército israelí en el campo de refugiados de Jan Yunis y en la localidad de Beit Janún, que se saldaron con tres y un muerto, respectivamente.
Un civil israelí falleció en el moshav (granja colectiva) de Gadish, situado entre las ciudades de Afula y Yenín. El atentado fue perpetrado por dos palestinos armados que fueron abatidos por efectivos de la Policía de Fronteras. A su vez, cuatro agentes resultaron heridos en el tiroteo.
Según la oficina del portavoz del Ejército, dos milicianos armados de identidad desconocida fueron abatidos en la frontera que separa Israel de Egipto, a la altura de la localidad de Nitzana, después de que éstos hubieran efectuado varios disparos contra las tropas estacionadas en esta demarcación. Uno de los soldados, que había resultado gravemente herido, falleció más tarde en el hospital.
Por otro lado, un palestino de 35 años falleció en la carretera que comunica la ciudad de Hebrón con la aldea de Beit Kajel. Mientras que el portavoz militar israelí afirmó que se trataba de un activista de Hamás que previamente disparó contra un camión-cisterna, fuentes sanitarias palestinas aseguraron que se trató de un panadero que fue alcanzado por los agentes de seguridad que acompañaban al convoy después de que éste fuera objeto de una emboscada.
En el terreno diplomático, el embajador británico en Israel, Sherard Cowper-Coles, remitió ayer una carta del primer ministro británico, Tony Blair, a su homólogo israelí, Ariel Sharon, en la que le pide, en vano, que reconsidere su rechazo a permitir a que responsables palestinos viajen a Londres para participar en una conferencia sobre las reformas en la Autoridad Nacional Palestina. Ante el persistente rechazo israelí, Londres tendrá que conformarse con una "conferencia teléfonica" en lugar de la reunión prevista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de enero de 2003