La adopción del suspense en la política es un desastre. La practica Aznar con sus sucesores, y Bush con su guerra contra el eje del mal (expresión entre criminal y religiosa). Ah, suspense: "... situación emocional, generalmente angustiosa, producida por alguna escena dramática de desenlace diferido y angustioso" (Academia). Es todo un estilo: Bush dice que irá a la guerra con consenso o sin él, y el eco suena aquí cuando Aznar dice que lanzará sus leyes penales con pacto o sin él. Las nuevas monarquías, los nuevos absolutismos. El de Aznar tiene comicidad porque sólo afecta a su partido, y le daña, incluso en la manera de demostrar que es un zar en él, que no son los militantes los que deciden, sino el Jefe, capaz de colocar a su mujer también como tercerota en la lista de Gallardón. Allá ellos.
Y Bush nos tiene entre la paz y la guerra, lo cual es grave para todos, pero especialmente para los países amenazados. Irak ha cedido en todo porque no tiene "armas de destrucción masiva", expresión imbécil pero que induce a ser repetida, y da igual: no se le creen sus informes, y fastidian los de los señores inspectores, que no las encuentran. ¡Serán bobos! Muchas policías llevan consigo la prueba que tienen que encontrar. Blair va a Washington para recibirlos con Bush antes de que informen a la ONU. Será un escándalo, pero los que podrían escandalizarse están fuera de juego.
Tiene en cambio esas armas, por su nombre -nucleares-, Corea, que a su vez se indigna por las amenazas y por ser calificada en el eje del mal. Es un pobre país, con todos los defectos del comunismo y ninguna de sus ventajas. Claro que tuvo ventajas: véase China, véase Vietnam: el comunismo puede conducir a todo a condición de salirse a tiempo (véanse miembros del Gobierno, turiferarios, mamporreros y otros nuevos derechistas). La ornamentación es ridícula, el presidente es un divo, el hambre es permanente. Pero tiene la bomba. Y se ha salido del Tratado de No Proliferación, y ha puesto en la calle a los señores inspectores. Bush va y dice que ahora no puede ocuparse de eso porque está con lo de Irak: guerra contra el que no tiene la bomba, pero paz con el que la tiene. No es tan tonto como dicen en su país. Sería una maldad de la historia -atribuyendo a ésta personalidad: Clío- que otra vez Japón recibiera la bomba nuclear. Pero es hasta donde llegan los cohetes coreanos; y su siamés operado, Corea del Sur, nuestro gran aliado. Y no sería mas trágico que en cualquier otro país.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de enero de 2003