Seis meses después de que el Ayuntamiento de Lleida -gobernado por una coalición PSC e ICV- acordara privatizar el transporte público, los conductores de los autobuses urbanos amenazan con ir a la huelga porque la nueva empresa, Autobusos de Lleida-Grup Sarbus, les obliga a trabajar 44 minutos más a la semana.
El consistorio se niega a mediar en el conflicto al considerarlo irrelevante. El comité de empresa ha anunciado movilizaciones si a lo largo de esta semana no se alcanza un acuerdo con la dirección de la empresa Sarbus, con sede en Sabadell (Vallès Occidental). Los conductores han decidido en asamblea convocar paros de cuatro horas diarias -dos por la mañana y dos por la tarde- en caso de fracasar la negociación. Los representantes de los trabajadores también acordaron darse de baja en bloque del sindicato UGT y afiliarse a CC OO al considerar que no ha hecho nada por defender sus intereses.
El conflicto laboral que enfrenta a los conductores de los autobuses urbanos con la empresa se inició a finales del pasado mes de diciembre cuando aquéllos se negaron a efectuar horas extra porque, según ha denunciado el comité sindical, la empresa les obligaba a trabajar 44 minutos más a la semana de lo que establece el convenio. Como respuesta a esta medida de fuerza, la dirección de Sarbus dejó a los miembros del comité de empresa sin horas sindicales y contrató a dos conductores nuevos para que el servicio no se resintiera. Estos dos hechos han sido denunciados ante la Inspección de Trabajo.
El Ayuntamiento se ha desentendido del problema, pese a que se comprometió formalmente a mediar en los conflictos que surgieran entre la empresa y los trabajadores. Argumenta que no puede intervenir en el sector privado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de enero de 2003