Madrid presentó ayer su candidatura con la mayoría de datos que ha aportado ya en sus respuestas al cuestionario del Comité Olímpico Español, y que defenderá el día 21 en la elección. Junto a Ignacio del Río estuvo el alcalde, José María Álvarez del Manzano, que hizo un ejercicio de optimismo sorprendente. No sólo dio por lógico y hecho el triunfo de Madrid ante Sevilla, sino que se vio incluso en una futura elección final por delante de París, si se presenta. "Porque ya ha tenido dos Juegos [lejanos 1900 y 1924] y porque tiene menos habitantes que Madrid", dijo. A instancias de Matilde Fernández, concejala del PSOE, hasta le pareció una magnífica idea hacer un bando para celebrar el triunfo.
Básicamente, Madrid tendrá tres grandes zonas olímpicas de instalaciones: el sector oeste, el eje central y el sector este, en el que también estaría el anillo olímpico, el núcleo realmente central de los Juegos, con el estadio para el atletismo, el centro acuático para la natación y un pabellón para la gimnasia. Además, en sus inmediaciones también se construiría la Villa Olímpica de los atletas, con futuro uso universitario. En total 2.000.000 de metros cuadrados.
Madrid quiere ejercer su potencial. Por ello basa su fuerza en la concentración y la proximidad a los grandes centros de transportes, fundamentalmente al aeropuerto de Barajas. Consciente de que el tráfico siempre es uno de los caballos de batalla en cualquier cita olímpica, ofrece la cercanía inicial ya a la entrada y salida del quinto aeropuerto europeo en tráfico. Además, dos líneas de metro, la 5 y la 7, una estación de cercanías y un futuro intercambiador de transportes. Todo ello, con los cercanos 150.000 metros cuadrados de IFEMA, en donde se disputarán siete deportes. Sin duda, una mejoría sensible respecto a lo que sucedió en Sydney, pues la mayor amplitud permitiría incluso espacio para las casas de los distintos países, que suelen estar desperdigados, y a veces, por su costo, ni existen.
El eje central tendrá como bases, aparte de circuitos para el maratón y el ciclismo, el pabellón de baloncesto, el Santiago Bernabéu y el Manzanares para el fútbol, y el nuevo Palacio de Deportes para el balonmano. Terminará en el Parque Lineal del Manzanares, adonde irá el tenis en la denominada Caja Mágica, con techo recogible.
El sector oeste se centraría en el remodelable hipódromo de la Zarzuela y en la Casa y Club de Campo con las pruebas de hípica y triatlón. Del extrarradio, sólo estarán Aranjuez, para remo y piragüismo, y Rivas, para béisbol y sóftbol, además de las subsedes de fútbol en Barcelona, Alicante, Córdoba y Málaga, y la obligada de vela en Palma de Mallorca.
Los pabellones, al final
Faltan por hacer, fundamentalmente, los dos grandes pabellones. Para el Palacio de Deportes de la Castellana, el Madrid Arena, que acogerá el baloncesto en los polémicos terrenos de la Ciudad Deportiva comprados al Real Madrid, la candidatura va a designar ya equipos de arquitectos.
En cuanto al pabellón olímpico para la gimnasia, que estará junto al estadio y al centro acuático en el anillo olímpico, se hará en el último momento. Según Del Río, lo oportuno sería plantearlo si en el 2005, en la elección decisiva a la que podría llegar, Madrid ganara incluso la batalla en el COI.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de enero de 2003