El canciller alemán, Gerhard Schröder, y el presidente francés, Jacques Chirac, dejaron ayer claro que el eje franco-alemán goza de excelente salud y reivindica su importancia en la escena internacional. Ambos estadistas defendieron la necesidad de un nuevo debate en Naciones Unidas y una segunda resolución antes de cualquier eventual ataque contra Irak, mientras EE UU acelera su despliegue militar en el golfo Pérsico. Las opiniones de Schröder y Chirac adquieren un relieve especial al tratarse de los dirigentes de dos países con asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Buena parte de la rueda de prensa que Schröder ofreció ayer por la mañana en Berlín giró en torno a aclaraciones del canciller sobre las distintas posiciones existentes en el seno de su propio Gobierno acerca de los más diversos asuntos. La más importante fue la referida a la postura alemana frente a una eventual guerra en Irak. Hace apenas unos días, el representante alemán ante Naciones Unidas, el ex secretario de Estado de Exteriores y experimentado negociador europeo, Gunter Pleuger, había levantado una nueva polvareda al considerar "deseable", aunque no "necesaria", una segunda resolución del Consejo de Seguridad antes del inicio de cualquier acción bélica contra Sadam Husein.
Al afirmar Schröder que el rechazo alemán a la guerra deberá reflejarse también en las votaciones de sus representantes internacionales, el canciller puso ayer firme al diplomático, que se apresta a ocupar la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad. "Es probable que los socios europeos busquen una segunda resolución. Yo esto lo considero razonable", agregó el canciller.
En esta misma línea, Alemania apoya al jefe de los inspectores de la ONU en Irak, Hans Blix, quien ha advertido de que aún es demasiado pronto para aventurar una conclusión sobre si Sadam Husein ha infringido anteriores resoluciones de la ONU con sus programas de armamento o no. La "decisión tan sólo se deberá forzar cuando se tenga una visión más completa", dijo Schröder, quien aseguró que Alemania pretende una estrecha coordinación con los socios europeos y, sobre todo, con Francia. Ya durante la campaña electoral Schröder había afirmado una y otra vez que Alemania no participará en una guerra contra Irak. Anoche lo reiteró en su rueda de prensa junto a Jacques Chirac en París.
Francia y Alemania afirman la primacía de Naciones Unidas y la necesidad de una segunda decisión de su Consejo de Seguridad en un momento en que EE UU acelera el despliegue militar en el golfo Pérsico. El ministro francés de Exteriores, Dominique de Villepin, dejó anoche muy clara la exigencia de que se produzca ese "segundo debate", horas después de que Schröder aludiera al mismo objetivo antes de reunirse en París con Chirac. "Una nueva resolución de Naciones Unidas será el mejor medio de explicar la posición de cada uno y debatir la forma de aplicar la resolución 1.441. Es importante que ese debate se celebre cuando hay cosas graves en juego, como es el recurso a la fuerza", argumentó.
Exigencia europea
Jefe de filas de la campaña contra la guerra, Francia juega sus cartas sabiéndose sostenida por Moscú y los países árabes. Desde luego, el Gobierno francés cuenta con una cooperación estrecha de Alemania y quiere creer que no será tan difícil extender "al conjunto de los países europeos" la exigencia común de un nuevo debate en la ONU como objetivo que pueda movilizar a los que se oponen a las intenciones de EE UU. "Los europeos defienden los mismos principios, aunque partan de un cierto número de posiciones diferentes. Una política europea sobre Irak es posible", aseguró De Villepin, quien resaltó la coincidencia de varios representantes europeos (Francia, Reino Unido, Alemania y España) en el Consejo de Seguridad durante este periodo clave de la crisis.
Francia y Alemania desempeñan, sucesivamente, la presidencia del Consejo de Seguridad durante estos dos primeros meses de 2003, una circunstancia que puede ser importante con vistas a retrasar el estallido de la guerra. Si los europeos votaran de modo distinto en el Consejo de Seguridad de la ONU respecto a Irak el próximo día 27, la presumida unidad europea pondría al descubierto toda su fragilidad. Pero el problema ha perdido virulencia -y urgencia- después de que, el lunes pasado, el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) indicara que necesita aún "varios meses" para concluir la inspección. Ahora es un poco más difícil que el 27 de enero se convierta en una fecha dramática para la paz o la guerra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de enero de 2003