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OPINIÓN DEL LECTOR

Nunca es tarde

Comentábamos hace unos días en una cena con vascos de la diáspora: "cuanto les está costando a los obispos sacar un documento sobre el terrorismo... Pero si el juicio moral es obvio". Al tener un poco más información, de la que los medios nos ofrecen, caemos en la cuenta de que podrían haber tardado más aún si algunos de nuestros prelados no se hubieran puesto firmes. Todavía más tarde hubiera sido seriamente "desedificante". Así llueve sobre mojado en nuestro moralmente magullado pueblo vasco.

Sin duda la dicha es buena, en tanto que nuestros prelados no sólo se limitan a emitir un juicio moral sobre el terrorismo, sino también sobre el contexto social de exclusión y de radicalización que ha hecho posible -en los últimos meses- su pervivencia.

El nacionalismo radicalizado necesita del terrorismo. Ningún vasco, ni ningún español, le pide a otro que deje de ser o de sentir lo que quiera, pero a todos se nos exige respeto a la pluralidad, amor a la libertad y lealtad a lo acordado: el nacionalismo vasco en el poder no ha dado muestras de estas elementales exigencia cívicas. Que todas ellas tienen un alcance moral es evidente: hacen muy bien los obispos en recordarlo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de enero de 2003