Andrés Vargas Gómez, un destacado líder del exilio cubano que pasó 22 años en prisión por oponerse al régimen castrista, falleció en Miami a los 87 años debido a complicaciones renales, informó su familia.
Vargas Gómez, cuyo abuelo, el generalísimo dominicano Máximo Gómez, peleó junto a los cubanos por la independencia de la isla a finales del siglo XIX, fue excarcelado a principios de los años ochenta y, tras lograr abandonar Cuba, dos años más tarde se incorporó a las actividades del exilio en Miami. En el presidio fue un plantado, es decir, de los que se declararon presos políticos y se negaron a ponerse el uniforme de reo común y a seguir otras instrucciones. Perdió un riñón en la cárcel.
Anteriormente, antes de la llegada al poder de Fidel Castro, Vargas Gómez se destacó en varios puestos gubernamentales, entre ellos el de embajador de Cuba ante la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). "Fue una persona honesta y recta. Toda su vida fue un hombre correcto", dijo su sobrina Ana María de la Campa. "Nunca se dejó doblegar por la dictadura castrista".
Vargas Gómez, que no tuvo hijos, estaba casado con María Teresa de la Campa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de enero de 2003