Tras el cierre de la academia de idomas Oxford English, anunciada anteayer por la propia empresa, las organizaciones de consumidores exigen a las administraciones que controlen de cerca a los centros para evitar nuevos cierres. La de Oxford English es la cuarta crisis del sector en cinco meses. Desde septiembre, se han quedado sin cursos 50.000 alumnos y han cerrado sus puertas Opening y Brighton, mientas que Wall Sreet ha reducido su tamaño.
Las asociaciones de consumidores OCU y UCE exigen al Gobierno que acabe con la "inseguridad jurídica" en el sector. La Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) cree que debe haber inspección a las academias, y señala que se trata de evitar "la aparición de nuevos casos, que volverían a dejar en la calle y en situación muy difícil a nuevos alumnos".
La Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc) propuso que los centros que cobren los cursos al contado y por adelantado estén obligados a tener un seguro para que el alumno no se vea perjudicado en caso de cierre. El PSOE pedirá al Gobierno, a través de una iniciativa parlamentaria, que impulse nuevas acciones para ayudar a los afectados por el cierre de las academias de inglés donde estudiaban.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de enero de 2003