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Crítica:CRÍTICAS

Cosas de globalización

Rodada por un chino, Cory Yuen -Arma letal 4, Romeo debe morir: no hay que decir más sobre su especialidad-, en Francia y hablada en inglés, con actores de todas partes y producción y escritura de Luc Besson, Transporter es un filme que comienza como cualquier polar de los buenos de Jean-Pierre Melville, todo contención e incógnita, para acabar derivando hacia el puro entretenimiento de acción por la acción.

Esta deriva, tan del gusto del público joven de hoy mismo, es a la postre, junto a la primaveral belleza de Shu Qi (la vimos en Millenium Mambo) y la performance, gimnástica, no interpretativa, de Jasón Statham, lo que hace de Transporter una película tan de hoy mismo. O sea, llena de ruido y de falsa furia, menos una historia que una posibilidad de juego y de descarga adrenalínica; menos una película que un buen tebeo en pantalla grande.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de enero de 2003