Un total de 25 misioneros católicos fueron asesinados durante 2002 en distintos países del mundo. De ellos, 18 eran sacerdotes, tres religiosos (dos mujeres), un voluntario laico consagrado, un seminarista y el arzobispo de Cali (Colombia), Isaías Duarte.
Según informó ayer la Conferencia Episcopal Española, el continente americano fue el que registró un mayor número de asesinatos de misioneros, con un total de 14. En Africa murieron 10 y uno falleció en Asia. Doce de estas personas eran de origen latinoamericano, dos de Irlanda, dos de Francia y el resto del Congo, Canadá, Italia, Burundi, Irak, Islas Salomón, Angola, Nigeria y República Centroafricana.
El asesinato del arzobispo de Cali, Isaías Duarte, que era conocido por sus diatribas contra el "dinero maldito del narcotráfico" y la corrupción en Colombia, provocó causó una gran conmoción en este país. El crimen, que tuvo como escenario el atrio de la iglesia donde acababa de oficiar un matrimonio múltiple, fue atribuido al narcotráfico por el propio Gobierno colombiano que admitió que el arzobispo se había prestado a declarar sobre las denuncias que acababa de efectuar en relación al ingreso de dinero ilegal en la campaña para las elecciones del Congreso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de enero de 2003