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Elena Gil | Perfil

La alumna aventajada

Elena Gil García, tiene 39 años de edad, pero ya lleva 21 trabajando en Caja Madrid. Ha sido nombrada directora general de la Corporación Financiera Caja Madrid, cargo en el que sustituye al que fuera su maestro, José María García Alonso. "Con García Alonso me hice profesionalmente. Me dio la primera oportunidad ejecutiva en el nacimiento de la Corporación". Desde entonces, Gil ha recorrido buena parte de las divisiones de la entidad madrileña.

Gil es doctora en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense, licenciada en Económicas por el CUNEF y Master MBA por la Universidad de Houston. Sus inicios fueron en el área de informática, desde donde pasó a la Corporación, que agrupa la gestora de fondos de inversión y pensiones; el banco privado Altae; la sociedad de valores y Bolsa; el acuerdo inmobiliario entre FCC y la entidad, denominado Realia y el holding Caja Madrid con la aseguradora Mapfre.

Dentro de la Corporación llegó a ser jefe del departamento de Estudios y Proyectos. Entre 1989 a 1994 fue subdirectora general de Gesmadrid, la gestora de fondos de inversión. Posteriormente fue la directora del área de particulares de la caja, hasta su nombramiento en 2000 como directora general adjunta y responsable de la unidad de auditoría, puesto que ocupaba en la actualidad.

Con esta trayectoria, la actividad de la Corporación no cogerá por sorpresa a Gil. "Soy consciente de la dificultad del momento en los mercados, pero creo que los diferentes negocios de esta empresa se compensan entre ellos. La globalización ha provocado que las incertidumbres sean mayores. Creo que todo cambiará cuando vuelva la confianza de los grandes inversores, aunque no parece fácil".

Gil será la primera mujer que llegue al comité de dirección de Caja Madrid, si bien Carmen Contreras, que le sustituirá en Auditoría, será la segunda. "Contra lo que puede parecer, en la caja existe mucha cultura de trabajo entre hombres y mujeres, y quizá por eso la entidad tiene buenos resultados". A su juicio, la sensibilidad femenina es muy positiva para las empresas. Sin embargo, todavía no hay mujeres en la alta dirección de la entidad presidida por Miguel Blesa.

Gil es firme defensora de que los empleados no estén muchísimas horas en el trabajo. "Si eso afecta a la vida familiar, también perjudicará al trabajo. Creo que hay buscar sociedades más equilibradas y flexibles".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de enero de 2003