El doctor Sigmund Freud tiene mucho que ver con la exposición de la fotógrafa y performer Pilar Albarracín (Sevilla, 1968), Buscando a Herr Traumerreger, que hasta el 2 de febrero presenta la Fundación La Caixa en la sala Montcada de Barcelona y que tiene como comisarios a María José Balcells y Pepa Palomar. Las fotografías de Albarracín contienen todos los estados simultáneos que se producen en un sueño: ansia sexual, miedo, bienestar, inseguridad y distorsión. El título de la exposición hace referencia a una serie de estímulos denominados traumerreger, ligados a experiencias vividas en vigilia y que según Freud son los que producen los sueños. De esta manera la artista traza la línea que une vida real y sueño.
No falta ni el diván. Cualquiera que lo desee puede tumbarse en él. Este sofá es interactivo, ya que al tumbarse se oye una voz. El montaje forma parte de una videoinstalación en la que aparece la propia artista tumbada en una cama. Albarracín utiliza esta pieza, junto a un conjunto de fotografías, como hilo narrativo de una sesión de psicoanálisis en la que nos muestra su personal conexión onírica.
Si nos atenemos a las fotografías, los sueños no son más que sesiones aceleradas y comprimidas de todo lo que nos afecta en la vida. "He intentado organizar las fotografías como si fueran capas, al igual que los sueños, en los que superponen diferentes aspectos", explica Albarracín. No falta un componente de lúdica ironía, como en la obra en la que aparece la artista tumbada en un pajar. El visitante tiene que encontrar tres agujas que se encuentran en el granero. "Entiendo mi trabajo como un proceso en el que tiene que participar el espectador. Si no, puede resultar incluso aburrido", dice la artista. También haciendo referencia a la dualidad de la vida con la muerte, un esqueleto aparece como compañero de viaje de la artista en un buen número de obras.
Albarracín realiza con estos trabajos una conexión entre la modernidad de su planteamiento y el clasicismo de su inspiración. "En sus obras hay mucha herencia de la escuela andaluza, en especial con la pintura de Valdés Leal", asegura María José Balcells, una de las comisarias de la exposición.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de enero de 2003