Por si acaso, el Madrid hizo los deberes en Girona. Su presencia en la Copa del Rey estaba asegurada, salvo hecatombe tal como perder casi por 40 puntos, pero aún así el equipo de Imbroda ganó en la pista del Casademont Girona y cerró con brillantez esta tormentosa primera vuelta que ha protasgonizado y que ha estado a punto de dejarle, por primera vez, sin acudir a la Copa.
Los jugadores del equipo madrileño solventaron el partido en el último cuarto. La ventaja final fue quizá excesiva, pero demuestra que el equipo madridista, desde la llegada de Lolo Sainz, anda iluminado. Cuatro triunfos ha conquistado en los cinco partidos que aquél ha visto desde la grada como máximo responsable de la sección, una racha desconocida en los últimos tiempos.
Buena culpa del buen hacer del Madrid en este tramo final la tiene Álex Mumbrú, que ha aceptado el papel de líder del equipo sobre la cancha. Cuando él está presente el Madrid demuestra otro talante. Al menos da la sensación de que allí hay alguien con capacidad para darle la vuelta a un partido.
La primera parte fue muy igualada, ya que ambos equipos tuvieron distintas ventajas en el marcador, pero ya fueron los jugadores blancos los que llegaron al descanso ganando por cuatro puntos, 31-35. De todas maneras, en esa primera fase brilló con luz propia el local Jordi Trías. El joven jugador del equipo gerundense se erigió en los primeros 20 minutos en el máximo anotador del partido con unas estadísticas del 100%. Fue el hombre que capturó más rebotes y el que obtuvo mejor valoración ACB.
Sin embargo, todo el trabajo hecho en la primera parte por el equipo catalán se vino abajo en los primeros minutos de la reanudación, precisamente en los que el Madrid suele venirse abajo, ya que un parcial de 4-10 en los tres primeros minutos, permitió a los madridistas una renta de 10 puntos, 35-45, que ya fueron inalcanzables para los locales.
Pero el Madrid aún apretaría más y la puntilla definitiva llegó en los instantes iniciales del último cuarto. Dos triples consecutivos de Mumbrú dieron alas a un Madrid que consiguió un parcial de 17-29 en estos últimos 10 minutos. El 66-83 no reflejó el partido entre ambos equipos pero sí argumenta una más que merecida victoria del Madrid.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de enero de 2003