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Crónica:BALONMANO | CAMPEONATO DEL MUNDO

Barrufet se inspira y España gana

Era un día importante y la selección salvó la papeleta. España ganó a Polonia, pero el equipo sigue sin funcionar. El resultado final depende tanto de la inspiración personal de los jugadores como de los errores que cometa el rival. Empiezan a vislumbrarse algunas cosas interesantes, como defensas presionantes y algo más intensas, y más definición en las líneas de ataque. Pero todo ello deberá consensuarse frente a un rival de peso como será el próximo de España el jueves, Yugoslavia. Hoy, descansará.

ESPAÑA 34 | POLONIA 25

España: Barrufet (Hombrados); Masip (2, 1 de penalti), O'Callaghan (2), Olalla, Garralda (2), Hernández (3, 1 de p.), Colón (1) -siete inicial-, García (5), Duishebáev (3), Enterríos (6), M. Ortega (3), Pérez (1), A. Ortega (6, 2 de p.).

Polonia: Bernacki (Marszalek); Lijewski (3), Lis (1), Jurasik (1), Starczan (5, 1 de p.), Dmytruszynski (3, 2 de p.), Kubisztal (2) -siete inicial-, Paluch (2), Drobik (3), Nilsson (1), Gorniak (1), Wleklak (1), Wuszter (2).

Marcador cada cinco minutos: 2-2, 5-4, 8-7, 12-10, 15-12,17-16 (descanso). 19-17, 22-18, 25-21, 27-22, 31-22 y 34-25.

Árbitros: Boye y Jensen, de Dinamarca.

Excluyeron a Colón (2), Masip, Juancho Pérez y Mariano Ortega (España), y a Drobik, Lis, Wleklak y Starckzan (Polonia).

Unos 100 espectadores en el pabellón Multiusos de Guimaraes (Portugal).

Por el momento, el equipo de César Argilés sigue invicto a pesar de sus lagunas defensivas y de sus errores de lanzamiento. Y eso es un mérito, porque ayer se enfrentó a una de las selecciones que contaban en esta primera fase. Los dos puntos logrados ayer pueden pesar en la segunda fase, puesto que Polonia se clasificará también con toda seguridad y España podría acumularlos. Sin embargo, a pesar de lo abultado del resultado final, el equipo español sigue en fase de definición.

El seleccionador, Argilés, planteó un esquema claro de juego, dando paso a Duishebáev para que mandara en el ataque, apoyado con Mateo Garralda o Mariano Ortega y Alberto Entrerríos en los laterales. O'Callaghan parece haberse ganado un puesto en el extremo, al igual que Antonio Carlos Ortega. Pero los dos tienen buenos recambios en Hernández y García. Y el pivote lo comparten Colón y Pérez. En defensa, Argilés se mueve con tres variantes, pero siempre manteniendo un bloque central formado por Olalla, Garralda y Colón. Masip suele jugar de avanzado cuando se defiende en 5-1 o, como ayer, en algunos momentos, con 3-2-1.

El esquema de los españoles se va definiendo. Pero el equipo no logra formar un bloque. Ayer, el partido se embarulló de mala manera hasta que en la segunda parte, Barrufet tuvo unos minutos de inspiración y permitió recuperar la tranquilidad. Entonces se vieron los mejores momentos de España. Junto al portero, la defensa adquirió cierta solidez, lo que permitió recuperar balones y lanzar contraataques mortíferos por parte de Ortega y García.

Influyó, sin duda, el hecho de que Polonia, que no pudo contar con su mejor hombre -el lateral derecho Tkaczyc- andaba ya bastante descompuesta cuando el partido se estaba decidiendo. Ahí, las rotaciones realizadas por Argilés resultaron cruciales. El equipo llegó a la parte final muy entero, mucho más que Polonia, que había perdido el norte por completo y se había convertido en un equipo que sufría constantes pérdidas de balón, cometía pasivos y había perdido las ideas.

España aprovechó su momento. Pero prosigue su vía crucis, aunque menos doloroso, desde luego, que el de otros candidatos al título como Suecia, que ayer perdió ante Eslovenia, o Rusia que empató frente a la sorprendente Argentina, que va camino de convertirse en la gran sorpresa del evento lusitano.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de enero de 2003