La gravedad de la crisis del PP gallego está sembrando de nubarrones el cielo despejado que desearía José María Aznar para sus propósitos de recuperar la imagen del Ejecutivo en Galicia. Aznar trasladará el viernes a A Coruña su Consejo de Ministros para presentar con todas las fanfarrias un plan de reactivación económica de la comunidad autónoma. Será la segunda visita del presidente del Gobierno central desde el accidente del Prestige, el 13 de noviembre. La anterior se produjo un mes después del naufragio. Entonces Aznar no salió de la torre de control del tráfico marítimo de A Coruña, sede del gabinete de crisis.
Los dirigentes del PP gallego esperan con expectación los resultados del Consejo de Ministros. Y algunos dirigentes del partido auguran que si las promesas de inversiones no se concretan claramente, se dará munición a los partidarios de Cuiña, decididos a enarbolar la bandera del galleguismo y de la autonomía de decisiones frente a la dirección nacional del partido y el Gobierno central.
A Cuiña le ha enfurecido el modo en que fue expulsado de la Xunta. Fraga le obligó a dimitir tras una conversación de media hora que puso fin a una relación de 13 años en los que el presidente gallego siempre había defendido a su delfín contra las acusaciones sobre el enriquecimiento de su familia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de enero de 2003