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CARTAS AL DIRECTOR

Madres trabajadoras (I)

Hemos solicitado la tan pregonada paga de 100 euros. Aunque los dos trabajamos, nuestros sueldos y el encarecimiento progresivo de la vida no nos permiten gritar de alegría, y un ingreso extra como éste nunca viene mal.

Sin embargo, no por ello me creo esta aparente muestra de sensibilidad social por parte del Gobierno: si realmente le preocupasen las madres trabajadoras con hijos, ¿por qué no empieza pensando en las que trabajan todo el día en casa y no cobran, o en aquellas que, queriendo trabajar fuera, no pueden hacerlo?

¿Por qué no se acuerda de las mujeres que se pasan todos los días encadenadas a la caja registradora de un supermercado y no van a ser beneficiarias de esta paga porque, según su contrato, no cotizan lo suficiente?; ¿por qué no crea más plazas en las guarderías públicas y, por lo menos, abarata el coste de los libros de texto a comienzo de curso?, ¿no es la enseñanza pública y gratuita un derecho constitucional?

Si le preocupasen las mujeres trabajadoras, ¿consentiría los precios feroces a los que tienen que enfrentarse cuando quieren acceder a una primera vivienda?

Si todo fuese verdad, ¿por qué agobia con impuestos indirectos a las rentas del trabajo y no deja de mimar a las rentas del capital?

No nos van a dar nada que previamente no nos hayan retenido, y no deja de ser curioso que dentro de poco haya elecciones y el chapapote, aunque lo nieguen, esté por todas partes.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de enero de 2003