El matrimonio formado por Charles y Ray Eames es uno de los referentes imprescindibles en el diseño del siglo XX, pero su labor alcanza otros campos, como la innovación arquitectónica, la difusión de las ciencias y el trabajo en el intercambio cultural en una época tan difícil como la guerra fría. El Artium inaugura hoy una exposición que recorre al detalle sus aportaciones artísticas y técnicas, al tiempo que se adentra en una biografía sugerente.
La obra de Charles y Ray Eames: un legado de invención ha sido preparada por la Biblioteca de Washington y el Vitra Design Museum, ubicado precisamente en la calle Charles Eames, de Weil am Rheim (Alemania). El museo vitoriano acoge hasta el próximo 4 de mayo la única cita de esta muestra en España, un recorrido por los inventores de muebles que forman parte del paisaje cotidiano, como ocurre en la propia pinacoteca, amueblada con sus sillas.
La inspiración de esta pareja afincada primero en Nueva York y, definitivamente, en Los Ángeles, partía de una premisa básica: resolver las necesidades básicas de refugio, confort y conocimiento, siempre, con la mirada puesta en la belleza y un precio accesible.
La exposición parte de su trabajo en el mobiliario, desde el diseño sobre el papel hasta la fabricación, sobre la que tanto aprendió Charles Eames cuando era estudiante en las fábricas de su Saint Louis natal. Aquí se encuentra desde su primera silla en madera estratificada (1940) hasta la lounge chair de 1956, para la que utilizaron aluminio inyectado y cuero.
Experimentar
El trabajo de los Eames se dirgía en principio a la relación entre las formas del asiento y el respaldo y su relación con la anatomía humana. No es de extrañar que sus diseños innovadores tuvieran éxito y aparecieran incluso en las páginas de cómics como Dick Tracy o en portadas de discos como The fox, de Elton John.
Exponentes del mejor espíritu estadounidense, los Eames renunciaron al éxito económico en beneficio de la creación experimental. La muestra atiende a estas otras facetas de su trabajo, como la investigación en viviendas de bajo coste tras la II Guerra Mundial. Partían de su propia casa (cuya maqueta se exhibe en el Artium) para ofrecer un modelo de arquitectura en el que se combinaban elementos constructivos estándar con una decoración que incorporaba productos artesanales y objetos populares.
Esta pareja de creadores siempre mantuvo el objetivo de ayudar a los ciudadanos a encontrar la belleza en lo cotidiano. Charles escuchaba la música de Bach en las salpicaduras de agua jabonosa en un patio de escuela y realizó la película Blacktop, que se puede ver en la exposición, como otros títulos de su amplia filmografía.
Quizá esta generosidad se encuentre en el fondo de la difusión que hicieron de su cultura en otros países en una posguerra caracterizada por el aislacionismo. Se presenta su aportación a la Exposición Nacional Americana en Moscú de 1959, el primer intercambio entre los dos países desde la revolución bolchevique.
También atendieron a la difusión de la ciencia, como diseñadores de exposiciones didácticas y de películas de divulgación. En Vitoria se puede ver Mathematica (1961), preparada en colaboración con la IBM, o el documental Potencias de diez, una exploración de lo relativo de las cosas desde lo cósmico a lo microscópico.
El recorrido por los Eames concluye con una sección dedicada a la vida de una familia que todavía hoy se mantiene en activo en la difusión de su legado (www.eamesoffice.com).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 23 de enero de 2003