Ha sido una entrada espectacular la de Arturo Pérez-Reverte. Si ya en principio no es muy habitual que el candidato logre ser académico en la primera votación -necesitaba 24 votos, dos tercios de los 36 académicos con derecho a voto-, lo verdaderamente inusual es que la totalidad de los académicos presentes voten unánimamente a favor del candidato. Y eso es lo que ocurrió ayer.
Acudieron 24 académicos -entre otros, Víctor García de la Concha, Francisco Ayala, Francisco Rico, Mingote, Carmen Iglesias, Fernando Fernán-Gómez, Juan Luis Cebrián, Eduardo García de Enterría, Antonio Muñoz Molina, Gregorio Salvador, Luis María Anson, Guillermo Rojo, Emilio Lledó-, y todos le dieron el sí al único candidato para ocupar el sillón T. Aún le sobraron dos votos favorables de los seis que llegaron por correo. En total, obtuvo 26. "De las votaciones más fáciles que he visto aquí", destacó Muñoz Molina.
"Ha sido una elección brillante", dijo entusiasmado el director de la RAE, Víctor García de la Concha. "Pone muy de relieve que alguien que empezó siendo un periodista de combate se convirtió en unos de los narradores de más éxito de público y de crítica. Con él entra la maestría del contar". Con su ingreso, añadió el director de la RAE, se logra un equilibrio entre los tres sectores de la Academia: el de los creadores, el de los lingüistas y filólogos y el de las ciencias sociales.
¿Cómo no voy a estar contento?, salió diciendo de la sala de votaciones Gregorio Salvador, que fue quien leyó el discurso de elogio del académico electo. "Hace tiempo que pensaba que era un escritor propio de la Academia, porque es el autor español más internacional. La Academia además siempre ha estado atenta a los escritores que rompen con la estricta norma académica".
¿Y qué es eso que se oye fuera?, preguntaban algunos académicos entre risas. Pasaba que unos 10 espontáneos, que se decían del mundo cultural, se instalaron con chufletas y cacerolas en la puerta para protestar y con pancartas a favor de Norma Duval y Chiquito de la Calzada.
Por lo demás, dentro se ocupaban de elogiar a Reverte. "Las novelas son buenas o malas, te cuentan buenas historias o no, y Pérez-Reverte es un buen contador de historias. Es uno de los buenos escritores de Historia que sin pretender contarla la recrea", dijo Carmen Iglesias.
"Es una especie de Blasco Ibáñez de nuestro tiempo, un creador del idioma", a juicio de Juan Luis Cebrián, que espera además que el nuevo académico sea aplicado: "Claro que espero que acuda a las sesiones con regularidad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de enero de 2003