Internet se ha erigido en un arma pacífica para combatir por las causas perdidas. Con éxito.Desde hace un mes, un alud electrónico de 40.000 correos ha caído desde Estados Unidos, Reino Unido, Francia y España sobre el gigante de la alimentación Nestlé. Los internautas, espoleados por Intermón-Oxfam, suplicaban al grupo suizo que tirara la toalla en su reclamación de seis millones de dólares a una Etiopía azotada por la sequía, a raíz de una nacionalización producida hace 27 años. Nestlé arrastraba la reclamación desde que en 1986 compró el Schweisfurth Group, principal accionista de Elidco, una sociedad expropiada por el Gobierno etíope en 1975.
Ayer, a las once de la mañana, Mulu Kesela, viceministro etíope de Finanzas, Dominique Dupont, vicepresidente de Nestlé para África y Oriente Medio, y Jobs Wolter, asesor legal de Nestlé Alemania, firmaron la paz en Addis Abeba con Oxfam como testigo.
La paz no ha pasado por el abandono de la reclamación, como pedían los miles de e-mails, pero encoge la deuda del Gobierno de Meles Zenawi a 1,5 millones de dólares.
Temeroso de que el impago de deudas pusiera de espaldas a inversores y a organismos internacionales, Zenawi había mostrado su disposición a pagar, pero calculando la cuantía en birr, la moneda local, al tipo de cambio actual con el dólar. Es decir, 12.380.634 birr o 1,5 millones de dólares. Nestlé quería que el dinero reclamado se pagara conforme al cambio con el dólar de 1975. Es decir, seis millones de dólares, que representan un 0,007% de los ingresos de la multinacional. El birr ha sufrido una fortísima devaluación desde entonces.
El acuerdo, propiciado por el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) del Banco Mundial y al que ha tenido acceso este diario, permite a Etiopía pagar la mitad de la deuda en el plazo de 30 días y el resto el próximo 30 de septiembre. Nestlé, además, honra la promesa que asumió tras una primera reacción fría a la difusión del caso en algunos diarios europeos: destinará el dinero a paliar la hambruna en Etiopía, que amenaza a 12 millones de personas por la sequía y la crisis del café, del que malvive su economía.
Ayer mismo, James Morris, director del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, advirtió, de visita en el país, que las necesidades de alimentos son "colosales y desesperadas" en una Etiopía con la renta per cápita más baja del mundo (100 dólares). Dos de cada 10 niños mueren antes de cumplir cinco años.
Para el portavoz de Intermón, Xavier Masllorens, el "positivo" acuerdo "prueba que los ciudadanos saben detectar dónde están las injusticias".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de enero de 2003