Hemos tenido la enorme satisfacción, como asociación y como personas afectadas de discapacidad motora, de comprobar la perfecta adecuación del teatro Nuevo Alcalá a las necesidades de los discapacitados en general.
Entendiendo que ello ha supuesto un esfuerzo por parte del empresario (no español) y una demostración de sensibilidad hacia nuestro colectivo, y entendiendo que la remodelación ha sido controlada por Gerencia de Urbanismo, a cuya cabeza está Luis Armada, expresamos en el presente escrito nuestro máximo reconocimiento y agradecimiento por ver cómo, por primera vez, se han cumplido las leyes vigentes, obteniendo un resultado final a todas luces elogiable.
Echamos en falta la atención de las necesidades de los discapacitados auditivos, cuales son alarmas con indicativos ópticos detectables y elementos que permitan la lectura simultánea. Muchas gracias a la propiedad del teatro y a Gerencia de Urbanismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de enero de 2003