La compañía Iberia ha capeado la crisis que sufre el sector aéreo mejor que sus competidoras. El año 2002 logró unos beneficios netos en torno a los 150 millones de euros, lo que supone triplicar los registrados durante 2001, y pese a tratarse de un ejercicio negro, sobre todo para las empresas estadounidenses. Ese resultado se produce después de provisionar parte de los 1.200 millones de euros que va a destinar para renovar su flota.
El próximo jueves, el Consejo de Administración de la empresa celebrará una reunión extraordinaria para decidir qué aviones va a adquirir para cubrir las rutas trasatlánticas. La opción está entre los aviones del constructor europeo Airbus y los del grupo estadounidense Boeing.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de enero de 2003