"Nosotros no contestamos los insultos, pero es inimaginable que un dirigente de CiU llegue a esos niveles de bajeza", dijo ayer el secretario general del PP, Javier Arenas, para referirse a las declaraciones del portavoz del Gobierno catalán, el consejero Felip Puig, que aseguraba en La Vanguardia que Aznar le recuerda a "Haider y Le Pen cuando habla de España". Con todo, Arenas garantizó la mayoría a Pujol en el Parlament hasta el final de la legislatura: "No vamos a romper el acuerdo en Cataluña porque nosotros somos gente muy seria y nuestra paciencia no se agota. Es una paciencia extraordinaria. Y porque apostamos y vamos a apostar siempre por la estabilidad de las instituciones". En la misma línea se expresaba el presidente del PP catalán, Josep Piqué, quien tachó de "hipócritas" a los nacionalistas. Con todo, el apoyo está garantizado.
Mientras, CiU continuaba ayer haciendo denodados esfuerzos para distanciarse de quienes ayer les declaraban su apoyo incondicional. CiU presentó ayer sendas proposiciones no de ley en el Congreso y en el Parrlament en las que solicita la renuncia del presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, y pide que las cámaras condenen "enérgicamente" sus manifestaciones sobre las nacionalidades históricas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de enero de 2003