Ni siquiera el hecho de que Louis van Gaal tuviera las horas contadas como técnico del Barcelona hizo modificar, en la mañana de ayer, el discurso que entona la plantilla azulgrana desde el primer día en el que las cosas empezaron a ponerse crudas para el holandés. Los jugadores barcelonistas, que la víspera habían presenciado la tensa conversación mantenida entre el técnico y el presidente, Joan Gaspart, en el avión, en su regreso de Vigo, continuaron manifestando su apoyo incondicional a Van Gaal.
"¿A muerte con el técnico?", repitió Carles Puyol a preguntas de los periodistas; "Sí; los jugadores tenemos que estar con el entrenador que esté y ése ahora mismo es Van Gaal", prosiguió. "Las palabras del presidente fueron que continúa el entrenador y que no hay fichajes, como la semana pasada, y ésta es nuestra mentalidad hoy", abundó Bonano.
El guardameta azulgrana declinó pronunciarse sobre la inminente destitución del técnico holandés argumentando que no gusta hablar de "supuestos". "No me gusta hablar por hablar. Nuestra mente está en superar la derrota y mejorar el fin de semana", señaló el argentino. Como ya ha sucedido en otras ocasiones, tampoco Puyol quiso dar su parecer sobre la destitución del técnico, a quien debe su debut y consolidación en el primer equipo del Barça. "Tenemos que respetar la decisión de la directiva", se limitó a señalar el tercer capitán azulgrana. "Nosotros lo que tenemos que hacer es jugar y estar con el técnico que decidan el presidente y la junta directiva". Tras la derrota ante el Celta, el defensa azulgrana ya había eximido al holandés de toda la responsabilidad en los malos resultados -"El partido ha estado bien planteado", argumentó tras el 2-0- y había entonado el mea culpa en representación de toda la plantilla.
Puyol, no obstante, no escondió el desasosiego del vestuario por una situación que calificó de "muy complicada" y cuya responsabilidad no rehuyó. "Cada uno está donde se merece", admitió el defensa de la Pobla de Segur. "Además, si otros equipos han conseguido muchos puntos en la primera vuelta, ¿por qué no podemos hacerlo nosotros en la segunda?", añadió para sembrar un mínimo de esperanza.
Pero el discurso de la plantilla se ha quedado vacío. No importa quién se enfrente a los micrófonos -Luis Enrique, uno de los capitanes y ausente por lesión, declinó ayer comparecer ante los periodistas-, las palabras siempre son las mismas. "Ganar" es el único verbo que intentan conjugar los jugadores del Barça. Pero a cada intentona sigue un fracaso y una sensación de frustración e impotencia. "Ésa puede ser la palabra", reconoció Bonano. "Uno trata de buscar soluciones y argumentos, pero... Hemos cambiado de sistema, hemos tratado de comprometernos al máximo y lo que a uno le da por pensar es que, en definitiva, lo que tenemos que hacer es dar la cara". "No sé cuál es la solución", prosiguió Puyol en la misma línea. "Si la supiera, la diría. Lo único que tenemos que hacer es ganar partidos, algo que nos daría tranquilidad y confianza".
Bonano sostuvo que la actual plantilla del Barça tiene calidad para lograr una mejor clasificación y aseguró que intentarán hacerlo con el holandés. "No podemos bajar los brazos. Van Gaal se siente capaz de revertir la situación y nosotros tenemos que ponerlo en práctica", aseguró.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de enero de 2003