El portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, dibujó ayer un preocupante panorama para Euskadi en la crisis del Prestige. Según Imaz, el mar Cantábrico está "literalmente plagado de fuel" procedente del petrolero hundido, "mucho más de lo que se ha calculado". Así, auguró problemas para la actividad pesquera, especialmente del bonito y de la anchoa, cuya campaña comienza en abril en el Golfo de Vizcaya, y advirtió que el ecosistema de esta zona se está viendo alterado de manera importante por culpa del vertido. El portavoz realizó estas reflexiones en el Parlamento vasco, donde compareció -a petición de los socialistas-, por primera vez desde que se hundió el barco, para explicar lo que está haciendo el Ejecutivo autónomo para atajar el problema.
Imaz no dijo nada sobre las circunstancias del hundimiento del buque o sobre los responsables, y tampoco habló de las actuaciones desarrolladas por el Ejecutivo en Galicia. En cambio, sí dejó caer que la información que facilita el Gobierno central es deficiente. "No nos han informado de lo que piensa hacer (el Gobierno) con el barco, de la cantidad de fuel que sigue saliendo o del combustible que las corrientes arrastran hasta el Golfo de Vizcaya".
De esta forma, "el trabajo de recogida se hace más complicado", aseguró. La flota vasca ha extraído en alta mar cerca de 2.200 toneladas de chapapote (1.700 con ayuda de barcos cántabros). Mientras, en las playas de Euskadi se han recogido por ahora 270 toneladas de residuos impregnados de fuel.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de enero de 2003