Ni rápido ni fácil. La policía considera "un caso muy difícil" la búsqueda del asesino de dos mujeres en un mismo aparcamiento del barrio barcelonés del Putxet, lo que según fuentes próximas a la investigación impedirá la rápida resolución del caso. Estas fuentes apuntan que, por ahora, lo único medianamente claro en el caso es un vago perfil del asesino: un hombre joven, de entre 20 y 35 años, y bastante corpulento. Fue grabado, aunque de manera defectuosa, por la cámara de un cajero de una entidad financiera. Las hipótesis sobre el móvil de los crímenes siguen todas abiertas a la espera de que la investigación del entorno de las dos mujeres y la colaboración ciudadana aporten luz al caso.
Las dos mujeres asesinadas, Maria Àngels Ribot, de 49 años, y María Teresa de Diego, de 46, fueron halladas muertas con 11 días de diferencia casi en el mismo punto de un aparcamiento subterráneo de la calle de Bertrán. La primera apareció el 11 de enero, mientras que el segundo asesinato tuvo lugar el miércoles de la semana pasada.
Aunque se desconoce el móvil de los dos crímenes, sí se sabe que el asesino robó la tarjeta de crédito de ambas mujeres y que en el caso de la primera logró extraer dinero -300 euros- en un cajero automático próximo al lugar de los hechos.
El agresor habló con Maria Àngels Ribot para conseguir los cuatro dígitos secretos de su tarjeta y extrajo 300 euros. Aunque el cajero era exterior y no tenía cámara de seguridad, la cámara de otra entidad bancaria cercana captó al sospechoso mientras caminaba por la calle. Sin embargo, la calidad de la imagen es tan mala que no permite identificar al agresor.
Información a cuentagotas
El secreto de sumario ordenado por el juez hace que la información sobre el caso llegue con cuentagotas, pero lo que los investigadores tienen cada vez más claro es que el asesino buscaba algo más que robar.
Aunque en un principio la investigación sopesó la posibilidad de que el asesino fuera un sicario a sueldo que habría matado a la primera mujer al haberla confundido con la segunda, la policía tiene ahora sobre la mesa un perfil que se adapta más al de un perturbado que al de un asesino profesional.
Las autopsias realizadas a las dos mujeres revelan que no hubo agresión sexual. Asimismo, gana fuerza la hipótesis de que el asesino volvió a actuar en el mismo lugar porque la primera vez le salió bien.
También complica la investigación la pulcritud con que actuó el asesino. Y es que a pesar de acuchillar hasta la muerte a la primera mujer y golpear repetidas veces a la segunda, no dejó rastro alguno sobre los cadáveres.
Lo único que encontró la policía en el lugar de los hechos fueron dos bolsas de plástico. En el primer asesinato, la bolsa cubría parte del cuerpo de la mujer. En el segundo, le tapaba la cabeza.
Representantes de la Asociación de Vecinos del Putxet se reunieron ayer con mandos policiales para recabar información sobre los avances de la investigación. También reclamaron, otra vez, al Ayuntamiento de Barcelona y a la Delegación del Gobierno en Cataluña que aumenten la seguridad en la zona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de enero de 2003