Si el pasado domingo pasaron a mediodía por la glorieta de Atocha y les sorprendió la masiva presencia policial, incluido helicóptero, os puedo decir que tal dispositivo buscaba no la seguridad ciudadana, sino provocar inseguridad y miedo prohibiendo el derecho a manifestarse... por la libertad de expresión. Y aunque tal derecho está recogido en la Constitución Española, el delegado del Gobierno de Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, y el presidente del Gobierno, José María Aznar, siguen anclados en el franquismo por lo que se sienten dueños y señores para decidir lo legal y lo ilegal.
La verdad les ofende y si no permitieron la manifestación antifascista del 24 de noviembre, tampoco han permitido en enero dos manifestaciones en favor de la libertad de expresión alegando la ilegalidad de Izquierda Castellana. Juzguen ustedes si vivimos en un Estado democrático o en una ficción democrática... Reconozcamos que son términos incompatibles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de enero de 2003