En la columna titulada "El vacío", publicada en el diario que usted dirige el 27 de diciembre pasado, el señor Juan José Millás explicaba su particular visión de un fenómeno actual que denomina "el vacío" en el que el envoltorio prima sobre el contenido de las cosas, aludiendo, por ejemplo, a los museos de arte contemporáneo o a los actuales premios literarios.
En una peculiar metáfora, el señor Juan José Millás califica al Museo Guggenheim Bilbao como "edificio raro con nada dentro", asimilando su interior a un intestino en el que el público es "deglutido" cual "bolo alimenticio", y resaltando también la falta de equilibrio existente entre el continente ("hermoso ejemplo de la arquitectura posmoderna") y el vacío contenido.
Sorprende una aseveración de este tipo cuando en el momento en que el señor Millás escribe su columna el Museo Guggenheim Bilbao presenta una exposición temporal dedicada a Rubens y sus coetáneos, maestros reconocidos del barroco flamenco; una muestra en torno a la obra de uno de los fundadores del Equipo Crónica, Manolo Valdés; una exposición de cuadros de Henri Matisse; y diversas presentaciones de la colección permanente entre las que destacan un recorrido por la obra de Vasily Kandinsky y sus contemporáneos y una muestra de trabajos de Joseph Beuys. Esta programación no es algo casual, ya que a lo largo de sus cinco años de vida, este museo ha exhibido 48 muestras, entre las que cabe citar como ejemplo: China: 5.000 años; Richard Serra, Robert Rauschenberg: retrospectiva; Chillida: 1948-1998; Los mundos de Nam June Paik, o París: capital de las artes, 1900-1968.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de enero de 2003