La Bolsa española perdió ayer el nivel de los 6.000 puntos tras cerrar con un retroceso del 1,11%. Un descenso que no estuvo acompañado por el resto de mercados europeos que, pese a su debilidad, lograron cerrar con el signo positivo en sus indicadores. La Bolsa de París subió el 0,15%, Londres ganó el 0,26% y Francfort se anotó un alza del 1,04%. Por su parte, las bolsas estadounidenses, tras valorar las declaraciones de George W. Bush, registraron subidas que al cierre de la sesión eran del 1,25% para el Dow Jones y del 1,28% en el tecnológico Nasdaq.
La explicación que los expertos dieron a la caída del mercado español pasa por las expectativas de menores beneficios para los grandes bancos, y también por la debilidad que siguen mostrando las divisas latinoamericanas y su repercusión a futuro en esas cuentas. BBVA lideró los descensos de los valores españoles con intereses en Latinoamérica con un recorte del 2,13%.
Y eso pese a la optimista visión que dio el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, que aseguró ayer que la mayor eficacia con que la economía absorbe los choques externos ha permitido que la inflación se vea ahora menos afectada que en el pasado por el alza del precio del petróleo.
Confianza en EE UU
La confianza de los consumidores de Estados Unidos ha caído en enero hasta cotas no vistas desde hace nueve años, muy influida por la incertidumbre creada por la atmósfera prebélica. El pesimismo se produce al principio de un trimestre que sigue al último del año 2002 en el que la economía sufrió un frenazo, cuya auténtica dimensión se conocerá con el dato del PIB que se anuncia mañana. La Reserva Federal concluirá hoy una reunión de dos días para analizar una situación de la que no se espera un cambio en los tipos de interés.
El Conference Board, un grupo privado, ausculta mensualmente a 5.000 norteamericanos sobre sus expectativas para la economía en el medio año que sigue por delante, y en enero ha encontrado una caída en la confianza hasta el índice de 79, el más bajo en nueve años. Desde mayo, cuando el índice estaba en 110,3, la tasa ha ido deslizándose progresivamente, excepción hecha del mes de noviembre. Los analistas esperaban en enero una caída mayor, que no se produjo porque los ciudadanos consultados señalan que en lo personal su situación ha mejorado a lo largo del mes.
Ayer, la moneda estadounidense ganó terreno frente al euro, después de que el departamento del Tesoro de EE UU reiterara su compromiso de mantener un "dólar fuerte". Al cierre de los mercados bursátiles, el dólar cambió a 0,9239 euros, frente a los 0,9211 de la sesión anterior.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de enero de 2003