El presidente José María Aznar ha decidido al fin dar explicaciones en el Congreso el próximo 5 de febrero sobre la posición que mantiene su Gobierno ante la crisis de Irak. Aznar comparecerá dos meses después de que se lo pidiera la oposición. El Gobierno justifica la tardanza del presidente en que éste "se comprometió a dar explicaciones al Parlamento cuando hubiera elementos suficientes" y ahora cree que los hay. Aznar detallará la interpretación que hace del informe de los inspectores, que, a su juicio, implica que Irak no cumple, y que el tiempo se acabará el próximo 14 de febrero. El PSOE sostiene que Aznar se ha visto forzado a acudir el próximo miércoles pues en esa fecha José Luis Rodríguez Zapatero le iba a interpelar sobre Irak.
El presidente hablará sin límite de tiempo y cada grupo dispone de 10 minutos para contestarle
El Gobierno anunció a primera hora de la tarde de ayer que el presidente Aznar comparecerá por fin el próximo miércoles en el Congreso de los Diputados para explicar su posición sobre la crisis de Irak.
La fórmula elegida por Aznar es la de una comparecencia "a petición propia" en pleno regulada en el artículo 203 del Reglamento del Congreso. Tras la exposición del presidente, sin límite de tiempo, los representantes de cada grupo podrán fijar su posición durante un máximo de 10 minutos. El presidente les responderá y, en principio, la oposición no tendrá posibilidad de réplica salvo que se acuerde lo contrario en la Junta de Portavoces del día anterior.
No se votará nada, pues Aznar no presentará ninguna resolución. El 18 de enero de 1991, dos días después de que comenzara la Guerra del Golfo, el socialista Felipe González, presidente del Gobierno en aquella fecha, compareció en el Congreso para explicar su posición. Entonces, a diferencia de ahora, sí hubo una votación porque el Ejecutivo presentó una comunicación. También entonces reclamó la oposición la comparecencia de González mucho antes, pero quien daba explicaciones era su ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez. El ambiente político, con excepción de IU, era de consenso, dentro y fuera de España, sobre la conveniencia de una intervención armada de la coalición internacional para liberar Kuwait.
Ahora el Ejecutivo argumenta que ya ha dado explicaciones parlamentarias a través de la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, que el viernes volverá a hacerlo en comisión como antesala de la comparecencia de Aznar. Además, según el Gobierno, el presidente se comprometió a acudir al Congreso "cuando hubiera elementos suficientes sobre los que informar".
El miércoles dará su interpretación sobre el informe preliminar de los inspectores: a juicio del Ejecutivo, ha quedado claro que Irak "no está colaborando", pues, según la resolución 1441 de Naciones Unidas, el régimen de Sadam Husein debía haber "demostrado" que "ha destruido" las armas que se acreditó mantenía antes de la última expulsión de los inspectores, en 1998. Además, según la interpretación del Gobierno, los inspectores no están en Irak para buscar armas ni "jugar al escondite" sino para que se les entreguen aquéllas que no han sido destruidas y se acredite "fehacientemente" la destrucción de las que el régimen iraquí mantenía en 1998. Ésta es la posición más dura, representada por EE UU y el Reino Unido.
En todo caso, Aznar expondrá a los diputados que España, de acuerdo con sus socios europeos, acepta dar "un poco más de tiempo" a los inspectores. En el bien entendido de que el próximo día 14 de febrero presentarán otro informe. Y esa fecha es el límite máximo salvo que antes haya alguna novedad, en uno u otro sentido, que obligue a modificar la agenda. El Gobierno respaldará hoy en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU esta ampliación del plazo de los inspectores. Aznar se reunirá mañana en Moncloa con el primer ministro británico, Tony Blair, que hace escala en Madrid antes de viajar a Washington.
El PSOE mantiene la crítica de que el presidente comparece muy tarde y después de reiteradas peticiones de toda la oposición. La pasada semana, todos los grupos parlamentarios, menos el PP, votaron a favor de su comparecencia inmediata.
El responsable de Exteriores del PSOE, Manuel Marín, aseguró anoche que Aznar "se ha visto obligado" a comparecer después de que, por la mañana, el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciara que él defendería ese día 5 una interpelación dirigida al presidente del Gobierno. Esa interpelación podría ser contestada por cualquier miembro del Gobierno pero hubiera quedado muy en evidencia la ausencia del jefe del Ejecutivo del Parlamento.
Por eso, según la interpretación socialista, el presidente ha decidido manejar la situación y comparecer a iniciativa propia y con el formato que le era más cómodo.
Durante la Junta de Portavoces del Congreso, celebrada por la mañana, el PP reiteró que la comparecencia del presidente se produciría cuando "fuera oportuno" y, por eso, se aceptó la inclusión en el orden del día de la próxima semana una interpelación de Zapatero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de enero de 2003