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La posición de EE UU | AMENAZA DE GUERRA

Bush busca convencer a los norteamericanos y a la ONU de que la guerra es necesaria

EE UU asegura que ofrecerá en los próximos días pruebas de las armas en poder de Sadam

El Gobierno de Estados Unidos ofrecerá al mundo "nuevas pruebas" sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak y redoblará sus esfuerzos para convencer a la ONU y a la propia población estadounidense, cada vez más escéptica, de que Sadam Husein amenaza de forma "grave y directa" la seguridad internacional. El primer paso en esa carrera final hacia la invasión de Irak debía darlo anoche el propio George W. Bush durante su discurso sobre el estado de la nación. Bush adelantó que su mensaje haría referencia a "los grandes retos" de su país en los próximos meses.

Entre estos retos destaca el de una probable guerra en el golfo Pérsico. "El dictador de Irak no está desarmándose, sino que, al contrario, está mintiendo", dijo el mandatario en su discurso.

La intervención de Bush ante las dos Cámaras del Congreso, reunidas en sesión conjunta, comenzó a las nueve de la noche (tres de la madrugada en España) y se dirigió a una doble audiencia: el electorado estadounidense, que ya no confía en su presidente con el entusiasmo de un año atrás y se preocupa más por la economía que por la política exterior; y los gobiernos y opiniones públicas del resto del mundo, pendientes de cada palabra en unos días que podrían ser los últimos antes del inicio de una invasión de Irak.

En uno de los momentos de su discurso, el presidente de EE UU hizo referencia a la necesidad de acabar con Sadam Husein: "Hace 12 años, Sadam Husein se enfrentaba a la perspectiva de ser la última baja de una guerra que él mismo había iniciado y perdido. Para salvarse, accedió a renunciar a todas sus armas de destrucción masiva. En los siguientes 12 años violó sistemáticamente ese acuerdo. Hace casi tres meses, el Consejo de Seguridad de la ONU le dio una última oportunidad para desarmarse. Pero lo que ha demostrado es su total desprecio ante la ONU y la opinión del mundo. El dictador de Irak no está desarmándose, sino que, al contrario, está mintiendo". Bush quiso dejar clara su decisión de actuar frente al "peligro de los regímenes fuera de la ley con armas nucleares, químicas y biológicas": "No legaremos nuestros problemas a otros congresos, otros presidentes, otras generaciones. Les haremos frente con decisión, claridad y valentía".

Para consumo interno, Bush se extendió en sus planes económicos, basados en la reducción de impuestos, y sociales, basados en el reforzamiento de las asociaciones caritativas religiosas. Bush pisaba terreno resbaladizo: en su discurso del año pasado aseguró que el déficit federal sería "breve y pequeño", pero asciende ya a 300.000 millones de dólares y durará muchos años, y prometió que su primera rebaja fiscal relanzaría el crecimiento, cuando en realidad sigue la crisis y el desempleo se agrava mes a mes.

Según había adelantado poco ante un portavoz de la Casa Blanca, el mensaje presidencial contenía también "algunos elementos de información hasta ahora secreta" que refuerzan las acusaciones estadounidenses acerca del supuesto arsenal secreto de Sadam Husein y sus presuntos contactos con la organización terrorista Al Qaeda. El Gobierno de Washington ha insistido una y otra vez en que posee pruebas "concluyentes" sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, pero se ha negado a hacerlas públicas, o a compartirlas al menos con sus aliados, con el argumento de que Sadam Husein podría deducir fácilmente su origen y desmantelar la red de espionaje de Estados Unidos en territorio iraquí, justo antes de una guerra en la que el Pentágono quiere disponer del máximo de información sobre el enemigo.

Errores sobre Irak

Hasta ahora, cuando Bush ha ofrecido alguna prueba concreta sobre el peligro iraquí ha mentido o ha errado por completo. En octubre pasado afirmó que Sadam Husein poseía unos "aviones teledirigidos" que podían alcanzar objetivos en Estados Unidos. Esos aviones nunca existieron. Más recientemente proclamó que la adquisición por parte iraquí de tubos de aluminio demostraba que el Gobierno de Bagdad mantenía un programa de fabricación de armas nucleares. Los inspectores de la Organización Internacional de la Energía Atómica comprobaron que esos tubos no podían ser utilizados en un programa nuclear. El propio jefe de los inspectores de Unmovic, Hans Blix, respondió ayer con ironía a la noticia de que Washington pensaba facilitar más información. "Cuanta más, mejor", comentó Blix, "pero anteriormente hemos recibido informaciones, como una referente a unos tubos de aluminio, de fiabilidad dudosa".

La presentación de pruebas concretas y detalladas sobre el arsenal secreto iraquí se producirá la semana próxima, concretamente el miércoles, y corresponderá al secretario de Estado, Colin Powell, según fuentes de la Casa Blanca. Powell hará pública esa información en el Consejo de Seguridad de la ONU. Powell y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, tienen previsto reunirse hoy con un pequeño grupo de congresistas para explicarles por adelantado, y de forma confidencial, las pruebas que en principio debería recibir la ONU dentro de unos días.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de enero de 2003