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Editorial:

En el buen camino

La paz social es uno de los bienes económicos que protege la negociación salarial; otro es la reducción de incertidumbres respecto a los costes de producción. El acuerdo que se firmará mañana entre la patronal CEOE y los sindicatos UGT y CC OO pretende respetar ambos bienes económicos. Establece un moderado crecimiento de los salarios en torno al 2%, aunque pueden darse subidas superiores en función del aumento de productividad; recomienda la contratación fija como un factor de competitividad de las empresas y de seguridad de los trabajadores; trata de eliminar la discriminación laboral hacia las mujeres, inmigrantes o discapacitados, y hace un llamamiento a las empresas para que moderen las subidas de precios. Un pacto que, en principio, continúa el compromiso de moderación salarial que con tanta disciplina han aplicado los sindicatos durante los últimos años.

Es un acierto que en una economía como la española, dañada por un descenso preocupante de la productividad, la subida de ésta sea condición para eventuales aumentos salariales superiores a la inflación. Sea cual sea el éxito de la iniciativa, que se medirá en el último trimestre del año, el hecho de que se haya tenido en cuenta implica ya una preocupación saludable por la productividad.

El acuerdo demuestra también que las posiciones desafiantes rinden escasos beneficios, mientras que las que defienden el principio de concertación tienen éxito político y económico. El acuerdo de la patronal con los sindicatos garantiza la moderación salarial, y eso es un gran paso; pero servirá de poco si el Gobierno no vigila la formación de los precios de bienes y servicios en los canales de distribución. Lo que se arregla por un lado puede arruinarse por el otro y destruir la confianza de los trabajadores en la eficacia de la moderación salarial.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de enero de 2003