Algunos andaluces tenemos la suerte de residir, además de en la tierra más bonita del mundo, próximos a las vías verdes que ya existen. En algunos pueblos de Jaén y Córdoba nos congratulamos hace poco más de un año con la apertura de dos tramos de la antigua línea férrea Linares-Puente Genil. La Vía Verde del Aceite y la Vía Verde de la Subbética.
Pasado este tiempo vemos el deterioro progresivo de los dos mencionados tramos por distintas causas, naturales y por la directa intervención de nuestros semejantes. Entre las primeras, algunas por el déficit de infraestructura y nulo mantenimiento; las causadas por nosotros son debidas al "analfabetismo culturo-natural", agricultores que circulan por ella llenando el trazado de barro e impidiendo el desarrollo de un paseo agradable. Como el firme no es el adecuado para ese tipo de circulación, se hacen baches y se rompen los bordes, quitan pivotes de prohibición y señales para ahorrarse unos cientos de metros al circular por los carriles de toda la vida, todo esto en época de recolección sobre todo. El resto del año, los causantes son los gamberros que con sus motocicletas ruidosas erosionan el firme y ponen en peligro la integridad de los viandantes o cicloturistas. Espero que la Administración a la que corresponda tome nota y realice algún tipo de actividad que mejore la situación. El primer paso ya está dado, vamos a ser maduros y mantener en nuestra comunidad un referente que ya es a envidia de otras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de enero de 2003