La principal debilidad del programa español de estabilidad sigue siendo, como en el pasado, la viabilidad a largo plazo de las finanzas públicas, porque no puede excluirse el riesgo de desequilibrios presupuestarios debido sobre todo a un mayor gasto futuro en pensiones públicas. Así se asegura en las recomendaciones que prevé aprobar hoy la Comisión Europea con respecto al Programa de Estabilidad presentado por el Gobierno español a finales del pasado año.
El dato se reitera una y otra vez en documentos similares del Ejecutivo comunitario. De hecho, en el informe que hoy será difundido se echa en cara a España que, a lo largo del año pasado, el Gobierno no ha acometido una revisión de mayor calado del sistema público de pensiones, en contra de la recomendación que ya le hizo en 2002 el propio Consejo de la UE y del objetivo en la misma línea incluido en junio pasado en el informe sobre las Grandes Orientaciones de Política Económica.
La Comisión apunta que el programa español de estabilidad no ha incluido información sobre el momento en que se prevé aplicar la reforma del sistema de pensiones y, sobre todo, que el fondo especial de reserva creado en 2000 permanece aún en el 1% del PIB, pero debiera ser aumentado.
El Ejecutivo comunitario reconoce que esta vez, al menos, el Gobierno español ha incluido en ese capítulo más información sobre las previsibles variaciones demográficas en los próximos años, porque ahora incorpora datos sobre un más elevado saldo migratorio que el anunciado en 2000, lo que redundará en paliar los efectos del envejecimiento de la población.
También en el capítulo de las advertencias, el Ejecutivo comunitario subraya la necesidad de acometer más reformas estructurales, sobre todo a la hora de aumentar el grado de competencia en el sector de los servicios y de incrementar el nivel de productividad.
En el capítulo de las felicitaciones, la Comisión se congratula de los esfuerzos del Gobierno español por mantener unas finanzas públicas muy próximas al equilibrio, en un momento en el que las grandes economías europeas (Alemania, Francia, Italia y, ahora también, el Reino Unido) presentan déficit considerables.
Bruselas recuerda al respecto que este año se dejará sentir la aprobada rebaja del IRPF, lo que podría explicar, dice, el optimismo del Gobierno español a la hora de prever para este año un crecimiento del 3% cuando la Comisión lo fija en el 2,6%. El pequeño déficit del 0,2% del PIB previsto para el año pasado lo achaca la Comisión a las cuentas públicas de los Gobiernos autónomos
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de enero de 2003