Para el Gobierno de Washington, sólo Sadam Husein puede evitar una guerra inminente. Queda la opción, remota, de que el presidente iraquí abandone el país con su familia y sus colaboradores. El secretario de Estado, Colin Powell, ofreció ayer de forma muy clara esa posibilidad y anunció que EE UU ayudaría a Sadam Husein y a los suyos a "encontrar refugio" en algún lugar. "Si se fuera del país, llevándose consigo a algunos de los miembros de su familia y otros de la élite dirigente que ha sido responsable de tantos problemas durante la existencia de ese régimen, estoy seguro de que encontraríamos un lugar para que se instalara", dijo.
Powell garantizó la opción del exilio, pero no la inmunidad. "Eso correspondería a la comunidad internacional, no podríamos garantizarle inmunidad nosotros solos", explicó. El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, matizó poco después que la idea de un exilio de Sadam Husein "flotaba en el aire", pero no había recibido excesiva consideración por parte de Washington.
Lo que sí estaba decidido, sin embargo, era que las inspecciones de la ONU podían darse por muertas. El propio presidente George W. Bush dijo, en el discurso sobre el estado de la Unión, que carecía de sentido que Unmovic y el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) siguieran trabajando en Irak porque Sadam no estaba dispuesto a cooperar y porque, según el espionaje estadounidense, estaba consiguiendo sabotear con éxito todos los esfuerzos de Hans Blix y Mohamed el Baradei.
Asunto cerrado
George W. Bush no se refirió siquiera a las peticiones europeas de que se concediera más tiempo a las inspecciones. Para él, el asunto estaba cerrado. "El dictador de Irak", afirmó, "no está desarmándose. Todo lo contrario: está mintiendo". Bush describió el proceso de las inspecciones como un completo fracaso: "Sabemos gracias a los servicios de espionaje que, por ejemplo, miles de agentes de seguridad iraquíes trabajan ocultando documentos y materiales a los inspectores de la ONU, que vacían los lugares que van a ser inspeccionados y vigilan a los propios inspectores". "Agentes iraquíes", siguió, "acompañan a los inspectores para intimidar a los testigos"
[El presidente iraquí, Sadam Husein, prometió ayer "romper el cuello" de Estados Unidos y afirmó que pagará un alto precio si ataca a Irak. "Si creen en su ilusión [y atacan a Irak], por Dios que Estados Unidos resultará herido. No va en el interés de su pueblo tener que sufrir ese daño, en su reputación y en su economía alrededor del mundo", manifestó el líder iraquí ante un grupo de jefes militares, según mostró la televisión, informa Reuters].
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de enero de 2003