La Audiencia de Madrid ha absuelto de un delito de lesiones a un hombre que arrancó la primera falange de un dedo a otro durante una discusión entre varios espectadores de un partido de fútbol, al estimar el tribunal que actuó en legítima defensa.
El suceso ocurrió a las 11.15 del 15 de octubre de 2000 en el polideportivo Campo Tres Cruces. Durante en partido se produjo un intercambio de frases entre Francisco E. y Blas C. Como consecuencia de los diferentes criterios expresados por ambos, el hijo de Francisco se dirigió hacia Blas, a quien agredió con la mano y tumbó sobre el suelo sujetándole fuertemente, según la sentencia contra la que cabe recurso. Su padre y su tío también golpearon a Blas en diferentes partes del cuerpo, momento en el que un espectador próximo intercedió para "poner paz".
El tribunal considera probado que, en el fragor de la pelea Francisco, al intentar sujetar a Blas por el cuello y los hombros, metió su dedo anular de la mano izquierda en la boca de Blas, quien intentaba por todos los medios a su alcance desasirse y escapar de la agresión.
Por ello, instintivamente mordió dicho dedo y produjo a Francisco el arrancamiento de la primera falange, mientras que Blas resultó con contusiones y esguince cervical y necesitó collarín.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de enero de 2003