Lo consiguió. Esta vez no se produjeron los cinco minutos trágicos, ni aparecieron los malos augurios que en otras ocasiones han perseguido al equipo español. En Caminha, en el norte de Portugal, y ante un público gallego entregado a fondo en apoyar a la selección, España derrotó a Islandia por 32-31 en un partido vibrante, emocionante y lleno de alternativas, y salió de la pista entre el alborozo general, con lágrimas de alegría y con la ilusión de verse por segunda vez en su historia clasificado para las semifinales y en la lucha por las medallas en un Mundial.
ESPAÑA 31 - ISLANDIA 30
España: Barrufet (Hombrados); García (1), Masip (2, 1 de penalti), M. Ortega (1), Hernández (3), Colón, Pérez (3); Duishebáev (7), Garralda (1), Pérez (3), O'Callaghan (1), Entrerríos (5), Romero (2) y A. Ortega (6). Islandia: Hrafnkelsson (Eradze); Kristiansson, Jonson (4), S. Sigursson (3), D. Sigurdsson (2), G. Sigurdsson (4), Stefansson (8, 3 de p.); Sighvatsson (2), G. Bjnarson (2), Felixson, Sigtryggson, S. Bjanarson (4) y Johannesson. Marcador cada cinco minutos: 3-2, 8-7, 12-10, 15-13, 17-16, 18-18 (descanso). 22-20, 24-21, 26-25, 28-25, 30-27 y 32-31. Árbitros: Lemme y Ulrich, de Alemania. Unos 3.000 espectadores.
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La generación treintañera, bien combinada con la juventud de los integrantes más recientes, puede llevar a España a la que sería su sexta medalla en unos grandes campeonatos. Hasta ahora, ha conseguido dos de bronce en los Juegos Olímpicos (Atlanta y Sydney), dos de plata en los Europeos (1996 y 1998) y otra de bronce en este mismo torneo de 2000. Sin embargo, nunca se han podido colgar el metal en un Mundial. Lo más cerca que estuvo fue en la lucha por el bronce en el de Egipto en 1999, cuando Yugoslavia acabó cerrándole el paso. Todas las ilusiones pasan ahora por el partido que mañana disputará ante Croacia en una de las semifinales. La otra la jugarán Francia y Alemania.
El partido ante Islandia no se decidió hasta los últimos 10 minutos, cuando España colocó una ventaja de tres goles en el marcador que se iría manteniendo con fluctuaciones hasta la conclusión. Sin embargo, para llegar a esa situación fue necesario que los jugadores se dejaran la piel y que Argilés se estrujara la cabeza buscando soluciones para frenar el exceso de pasión y para recomponer, luego, la tensión defensiva, cuando el frenético juego de los islandeses acabó por descomponer todos los esquemas españoles (18-18 en el descanso y 25-25 a los 14 minutos de la segunda parte). Fue necesario que Argilés tomara la decisión de cambiar a Barrufet para dar entrada a un genial Hombrados en la portería (con el tanteador 14-12). E incluso que sentara a Duishebáev y diera paso a Masip en el centro del ataque español.
Fueron decisiones valientes, pero acertadas. Porque demostraron de nuevo el potencial real de la selección. Hombrados fue un suplente de lujo. Realizó paradas de mérito en momentos cruciales, en los que España corría el peligro de hundirse, al ver como el marcador se estaba igualando tras ceder sus ventajas (14-11 y 24-21). "No logramos afianzarnos tanto por culpa de las exclusiones, como de una pájara con cuatro contra seis, que nos costó dos goles", matizó Argilés. Sin embargo, el equipo salió airoso de aquellas situaciones. Y demostró una fortaleza mental que, por el momento, le ha llevado ya a la lucha por las medallas.
"Croacia es un equipo joven, bien armado y con mucha capacidad defensiva", analiza Argilés. "Tiene un gran portero, buenos lanzadores y dos extremos muy efectivos. Si está ahí no es porque se lo hayan regalado. Esta situación ya la vivimos en Egipto. Esperemos que ahora tengamos más fortuna", concluyó.
El Mundial fue rico en sorpresas en la última jornada de la segunda fase. Croacia venció a Dinamarca por 33-27 y la dejó descolgada del Mundial. Y por el mismo trance pasó una selección tan notables como Suecia, que deberá conseguir su plaza olímpica en el próximo Europeo. Además de los semifinalistas, que ya la tienen asegurada, las plazas para los JJ OO de Atenas 2003 se las disputarán Islandia, que se enfrentará a Rusia, y Yugoslavia ante Hungría. Uno de ellos se quedará fuera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de enero de 2003