Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
OPINIÓN DEL LECTOR

Alarma

Durante aproximadamente doce horas ininterrumpidas ha estado sonando la alarma estropeada de un negocio a la altura del número 72 de la calle de Fernán González, cuyo dueño estaba en paradero desconocido. ¿Cúanta gente ha tenido que sorportar a la fuerza durante horas y horas este suplicio hasta que una orden judicial ha dado el permiso a los bomberos para pararla?

Por favor, ¡una orden judicial!, como si estuviéramos tratando de quitar el pan o de echar del trabajo o a la calle a alguien. ¿Por qué se necesita una orden judicial para cortar un cable que está perturbando el equilibrio psíquico y torturando los oídos de tantas personas? ¿Cómo es posible que todo un extraordinario Cuerpo de Bomberos, cuya profesionalidad, entrega y buen hacer, millones de veces demostrada, no tenga autorización permanente para situaciones de este tipo? No puedo entenderlo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de enero de 2003