Una inmensa ola de solidaridad se volcó y se vuelca con Galicia para paliar esa inmensa catástrofe anunciada. En declaraciones constantes, los gallegos dicen estar profundamente agradecidos al resto de España por la ayuda, y muchos expresan que no saben de qué forma responder a tanta solidaridad. Yo sólo les pido una cosa: que cuando voten lo mediten profundamente; nada máis.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de enero de 2003