El sábado 15 de febrero partidos de izquierda, grupos antiglobalización, sindicatos y numerosas ONG de todo el mundo están preparando una manifestación que se desarrollará, a la vez, en todas las grandes ciudades para aunar la protesta ciudadana contra la guerra de Irak. Izquierda Unida se apresuró a anunciar ayer que participa activamente en la convocatoria y que ya cuenta con el respaldo de los dos principales sindicatos, UGT y Comisiones Obreras, y de grupos pacifistas españoles. Y aprovechó la ocasión para retar al PSOE a sumarse a esa "gran movilización contra la guerra" y a hacerlo "sin matices".
La elección del día 15 no es casual. El 14 de febrero está previsto que los inspectores de Naciones Unidas presenten un segundo informe sobre el desarme de Irak y la cooperación del régimen de Sadam Husein en la comprobación de sus supuestas armas de destrucción masiva.
La argumentación de IU, que, según su líder, Gaspar Llamazares, comparten todos los convocantes de la manifestación internacional, es que "sea cual sea el resultado del segundo informe de los inspectores, no hay motivo para la guerra". Según Llamazares,no se puede atacar a un país por las armas que tenga o por incumplir resoluciones de Naciones Unidas. "Nadie piensa en atacar a Israel", argumentó el líder de IU, "por incumplir sistemáticamente las resoluciones de la ONU, o en invadir India por tener armas atómicas". Con esta tesis, sólo sería posible una intervención armada como respuesta a un ataque de Irak a otro territorio, tal como ocurrió en la Guerra del Golfo, hace 12 años.
Recuerdo de la OTAN
Esta posición tan tajante no es la que mantiene el PSOE, por lo que IU retó al primer partido de la oposición a "dejar de lado las ambigüedades" y "asumir que la Carta de las Naciones Unidas garantiza la solución de los conflictos por la vía diplomática y sólo legitima la guerra en legítima defensa".
La presión sobre el PSOE no sólo provino de IU. Desde el Gobierno, el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, reclamó al primer partido de la oposición "responsabilidad y seriedad". Le recordó que la primera posición socialista sobre el ingreso en la Alianza Atlántica ("OTAN, de entrada, no") exigió una "compleja reconducción" ya en el Gobierno. Subrayó que el PP respaldó al Ejecutivo en la Guerra del Golfo. Y pidió "que no se repita lo del Prestige en un asunto de estas características".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de febrero de 2003