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CARTAS AL DIRECTOR

¿Una oportunidad para hacer política?

Durante esta semana se han llevado a cabo, en paralelo, dos encuentros internacionales de relevancia mundial: el Fórum Económico Mundial de Davos (Suiza) y el Fórum Social Mundial de Porto Alegre (Brasil). En Davos han participado 6.000 global leaders del mundo de la banca, las finanzas y las grandes corporaciones mundiales que, a puerta cerrada, han visionado futuros negocios con los representantes políticos asistentes. En Porto Alegre se han congregado 100.000 activistas alterglobales de organizaciones y movimientos sociales que han debatido, a puertas abiertas, cuáles son las herramientas más válidas para transformar la economía y la política en beneficio de la sociedad.

Los objetivos de ambos fórums son ampliamente diferentes: mientras el FEM cree en los beneficios empresariales por encima de toda lógica y tiene en la acumulación su razón de ser, el FSM pretende dar a la política el papel protagonista que le ha robado la economía neoliberal y, de esta manera, ver cómo redistribuir la riqueza para que todo el mundo pueda, sencillamente, ser. Mientras Davos habla de cómo recuperar la confianza de los inversores, con tal que la economía mundial crezca a ritmos deseables, y así poder repartir dividendos entre los accionistas; en Porto Alegre se debate sobre cuáles son los caminos más deseables para que la economía sea un instrumento al servicio de la sociedad civil.

Dos maneras de entender la realidad del mundo; dos maneras distintas, que no únicas, de hacer política, no tan sólo en los objetivos, sino también en las herramientas para conseguirlos: el lobby político de la élite versus el fortalecimiento de la red social de muchas energías; la voluntad de no ir más allá de una democracia representativa versus la voluntad de profundizar en una democracia más participativa y real; la legitimidad del voto puntual para mantenerse en el poder versus la construcción participada para legitimar el poder de la política.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de febrero de 2003