El presidente checo saliente, Václav Havel, finalizó ayer su mandato con una intensa actividad pública. Se despidió de las Fuerzas Armadas, firmó dos tratados internacionales y dio el relevo a los nuevos responsables interinos del país.
Havel rindió homenaje al padre y fundador de Checoslovaquia en 1918, Tomas Garrigue Masarik, y también al patrón checo, san Wenceslao, con sendas coronas de flores a los pies de las estatuas del político, en los aledaños del castillo de Praga, y junto a la efigie ecuestre del santo, en la céntrica plaza a la que da origen su nombre.
Como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Havel se despidió del estamento militar tras un desfile en la sede de la presidencia, seguido de un encuentro con los miembros del Estado Mayor. También se reunió con los nuevos responsables interinos del país, el primer ministro, Vladímir Spidla, y el presidente de la Cámara baja, Lubomir Zaoralek, que compartirán la mayoría de las prerrogativas presidenciales hasta el nombramiento del sucesor de Havel.
Havel tenía previsto también dirigirse anoche a la nación, en su último mensaje televisivo como jefe del Estado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de febrero de 2003